Todos hemos fantaseado alguna vez con una vida diferente, un romance épico o un éxito profesional. Pero, ¿qué sucede cuando estas ensoñaciones se vuelven tan intensas y prolongadas que reemplazan la realidad? La ensoñación desadaptativa, un fenómeno psicológico descrito por primera vez en 2002 por el psicólogo israelí Eli Somer, es mucho más que un simple soñar despierto.
Según el documental de DW “¿Superpoder o evasión de la realidad? ¿Qué es la ensoñación desadaptativa?” (2025), esta condición implica fantasías vívidas y absorbentes que pueden consumir horas diarias, afectando la productividad, las relaciones y el bienestar emocional.
¿Qué es la ensoñación desadaptativa?
La ensoñación desadaptativa (o maladaptive daydreaming) se caracteriza por una actividad fantasiosa excesiva que interfiere con la vida cotidiana. A diferencia de las fantasías comunes, que suelen ser breves y no disruptivas, las personas con esta condición crean mundos imaginarios complejos, con personajes detallados y narrativas elaboradas. “Es como vivir una película en tu cabeza, pero no puedes parar”, describe un testimonio en el documental de DW. Estas ensoñaciones suelen ir acompañadas de comportamientos como caminar en círculos, balancearse o murmurar, y a menudo son desencadenadas por estímulos como música o películas.
Según Eli Somer, las personas con ensoñación desadaptativa son conscientes de que sus fantasías no son reales, lo que las diferencia de trastornos psicóticos como la esquizofrenia. Sin embargo, la intensidad y frecuencia de estas fantasías pueden generar una dependencia psicológica similar a una adicción, causando ansiedad cuando se intenta detenerlas.
Causas: ¿Un escape de la realidad?
El documental de DW sugiere que la ensoñación desadaptativa a menudo surge como un mecanismo de afrontamiento frente a experiencias traumáticas, estrés crónico o dificultades emocionales. Por ejemplo, personas que han enfrentado abuso, bullying o aislamiento social pueden refugiarse en mundos imaginarios donde se sienten empoderadas o amadas. Un estudio de Somer y colaboradores (2017) encontró que el 76.9% de las personas con esta condición también presentaban trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el 71.8% trastornos de ansiedad y el 66.7% depresión, lo que sugiere una alta comorbilidad con otros trastornos mentales.
Además, factores como el uso excesivo de internet o redes sociales pueden exacerbar la ensoñación desadaptativa. La exposición constante a historias ficticias en plataformas como TikTok, donde el hashtag #maladaptivedaydreaming acumula millones de visualizaciones, puede normalizar o incluso intensificar estas fantasías.
Impacto en la vida diaria
Las consecuencias de la ensoñación desadaptativa van más allá de la pérdida de tiempo. Las personas afectadas pueden descuidar sus responsabilidades laborales, académicas o sociales, lo que lleva a un deterioro en sus relaciones y autoestima. “Me siento culpable por pasar tanto tiempo en mi mundo imaginario, pero no puedo evitarlo”, confiesa un participante en el documental de DW. Este sentimiento de impotencia puede generar un ciclo de frustración y aislamiento social, ya que las fantasías suelen ser más placenteras que la realidad.
Además, la ensoñación desadaptativa puede afectar el sueño, causando insomnio debido a la actividad mental constante. En casos extremos, las personas pueden experimentar desapego emocional, dificultando la conexión con amigos o familiares. Según un artículo de Apollo Hospitals (2025), las mujeres podrían ser más propensas a desarrollar esta condición, aunque no hay una predisposición geográfica clara.
¿Un superpoder o un problema?
El documental plantea una pregunta intrigante: ¿es la ensoñación desadaptativa un superpoder creativo o una forma de evasión? Por un lado, la capacidad de crear mundos imaginarios complejos refleja una imaginación excepcional, similar a la de escritores o artistas. Algunos expertos, como los citados en NeuroClass (2024), sugieren que esta creatividad podría canalizarse de manera positiva con el tratamiento adecuado. Por otro lado, cuando estas fantasías interfieren con la vida diaria, se convierten en un obstáculo significativo.
Tratamiento y manejo
Actualmente, la ensoñación desadaptativa no está reconocida como un trastorno formal en manuales como el DSM-5 o el CIE-10, pero los profesionales de la salud mental utilizan herramientas como la Escala de Ensoñación Desadaptativa (MDS) para evaluarla. Las estrategias de tratamiento incluyen:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ayuda a identificar los desencadenantes de las ensoñaciones y a desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables.
- Mindfulness: Fomenta la atención plena para reducir la dependencia de las fantasías.
- Apoyo social: Grupos de apoyo en línea, como los foros de Reddit, ofrecen un espacio para compartir experiencias y estrategias.
- Cambios en el estilo de vida: Mejorar la higiene del sueño, reducir el tiempo en redes sociales y fomentar actividades sociales pueden disminuir la frecuencia de las ensoñaciones.
En casos relacionados con traumas, terapias como la Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR) pueden ser útiles para abordar las causas subyacentes.
Hacia una mayor comprensión
La ensoñación desadaptativa sigue siendo un campo de estudio en evolución. Organizaciones como la Universidad de Haifa, donde trabaja Eli Somer, continúan investigando su relación con trastornos disociativos y otras condiciones mentales. Un artículo reciente en Psiquiatria.com (2025) aboga por incluirla como un trastorno disociativo en los manuales diagnósticos, lo que podría facilitar el acceso a tratamientos especializados.
Mientras tanto, el auge de comunidades en línea ha dado visibilidad a este fenómeno, permitiendo que las personas afectadas compartan sus experiencias y busquen ayuda. Como concluye el documental de DW, la ensoñación desadaptativa no es solo una curiosidad psicológica, sino un recordatorio de la complejidad de la mente humana y su capacidad para crear mundos alternativos, tanto para sanar como para evadir.