Un juez federal programó para enero de 2026 el juicio contra el salvadoreño Kilmar Abrego, por supuesto tráfico de personas, pero no se sabe si las autoridades le permitirán esperar este proceso en libertad, ya que de ser así podría ser deportado.
El juez del caso adelantó que no se pronunciará esta semana sobre la liberación del inmigrante salvadoreño deportado hacia El Salvador y luego retornado a EEUU, sobre quien pesa una advertencia del Servicio de Inmigración de que sería deportado de inmediato a un tercer país.
Todo esto sucede mientras sus abogados arremetieron este miércoles contra el caso presentado por los fiscales sobre el delito de tráfico de personas por considerar que los testigos presentados podrían haber coordinado sus testimonios contra su cliente.
Sean Hecker, abogado de Abrego García, interrogó al agente especial de Seguridad Nacional Peter Joseph sobre la posibilidad de que los testigos del Gobierno puedan haber coordinado sus testimonios.
“Siempre es una posibilidad”, dijo.
La cadena de noticias Telemundo informó que Los abogados de Abrego García citaron las nuevas pruebas en su intento de suscitar más dudas sobre la fiabilidad de los testimonios de los testigos en el caso de contrabando. Los fiscales federales se basan en parte en esos testigos para demostrar que Abrego García es un riesgo de fuga, un peligro para la comunidad y que debe permanecer en prisión.
Ábrego García, de 30 años, se encuentra recluido en una prisión de Nashville por presuntamente transportar personas indocumentadas en Tennessee, en un hecho ocurrido en 2022. Aunque se ha declarado inocente, enfrenta un proceso federal que sus abogados califican como una represalia del Gobierno de Donald Trump por una deportación errónea.
El juez federal de distrito Waverly D. Crenshaw Jr. está considerando si liberar o no a Abrego García de la cárcel para que afronte su juicio. El miércoles dijo desde el estrado que no se pronunciará sobre el asunto esta semana. Su decisión podría permitir a los funcionarios federales de inmigración intentar deportar al ciudadano salvadoreño por segunda vez.