El presidente Donald Trump llegó a las Montañas Rocosas canadienses el domingo por la noche para la cumbre del Grupo de los Siete (G7), expresando optimismo sobre posibles acuerdos comerciales mientras los líderes mundiales se preparan para abordar el tema del conflicto creciente entre Irán e Israel.
La reunión en Kananaskis, Alberta, reunirá a los líderes de las mayores economías del mundo en un panorama internacional cada vez más volátil.
Marca el regreso al calendario diplomático internacional para Trump, quien ha sorprendido a sus aliados al desafiar las normas e imponer aranceles radicales a amigos y enemigos por igual.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, había diseñado una agenda destinada a minimizar los desacuerdos dentro del club de las democracias industriales ricas: Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos.
Esta cumbre del G7 representa una prueba crucial para la cooperación internacional, ya que los líderes enfrentan múltiples crisis simultáneamente. La reunión se produce en un momento crucial en el que las relaciones comerciales globales, la estabilidad en Oriente Medio y las preocupaciones sobre seguridad internacional se entrelazan, lo que podría reconfigurar las alianzas diplomáticas y las asociaciones económicas.
«Creo que tendremos algunos acuerdos comerciales nuevos», declaró Trump a los periodistas en la Casa Blanca el domingo al partir hacia la cumbre.
La agenda de la cumbre abarca una amplia gama de temas urgentes, como la equidad en el comercio mundial, el acceso a minerales críticos, la migración ilegal, el narcotráfico y la seguridad internacional.
Sin embargo, la reunión se ve ensombrecida por la escalada del conflicto entre Israel e Irán tras el sorpresivo ataque israelí contra el liderazgo iraní y las instalaciones nucleares la semana pasada. Las ambiciones comerciales de Trump en el G7 se dan en el contexto de la difícil promesa de su administración de «90 acuerdos en 90 días».
Anunciada en abril junto con aranceles radicales, la iniciativa solo ha dado como resultado dos acuerdos hasta la fecha —con el Reino Unido y China—, muy por debajo del ambicioso objetivo de 90 acuerdos antes de la fecha límite del 9 de julio.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró la semana pasada que la administración probablemente extendería la pausa de 90 días en la implementación de aranceles para dar más tiempo a las negociaciones con socios comerciales que actúen «de buena fe».
El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha tomado la decisión sin precedentes de abandonar la práctica anual de emitir un comunicado conjunto al final de la cumbre, lo que refleja el complejo clima diplomático. La cumbre corre el riesgo de convertirse en una serie de conversaciones bilaterales en lugar de una muestra unificada de cooperación internacional.
Las incendiarias amenazas de Trump de convertir a Canadá en el «estado 51» y apoderarse de Groenlandia se ciernen sobre el proceso. El presidente francés, Emmanuel Macron, realizó una visita simbólica a Groenlandia el domingo, declarando que el territorio «no se vende» ni «se toma».
Otros líderes invitados de India, Ucrania, Brasil, Sudáfrica, Corea del Sur, Australia, México y Emiratos Árabes Unidos se centrarán en evitar posibles aranceles estadounidenses.
El presidente Donald Trump sobre las tensiones en Oriente Medio: «A veces tienen que luchar, pero veremos qué pasa. Creo que hay muchas posibilidades de que se llegue a un acuerdo».
El presidente francés, Emmanuel Macron, sobre Groenlandia: «Todos en Francia y la Unión Europea piensan que Groenlandia no se vende ni se toma. La situación en Groenlandia es claramente una llamada de atención para todos los europeos».
El primer ministro británico, Keir Starmer, sobre la soberanía de Canadá: «Canadá es un país independiente y soberano, y un miembro muy valorado de la Commonwealth».
El ex primer ministro canadiense Jean Chrétien sobre la estrategia de Trump: «Tiende a ser un matón. Si Trump decide hacer un espectáculo para salir en las noticias, cometerá alguna locura. Que lo haga y sigamos hablando con normalidad».
La cumbre comienza oficialmente el lunes con la reunión bilateral de Trump con Carney, seguida de conversaciones multilaterales a lo largo de la semana. Los líderes mundiales abordarán complejas negociaciones sobre acuerdos comerciales, a la vez que abordan la crisis entre Israel e Irán y el alza de los precios del petróleo.