Ante la creciente escasez de sangre a escala global por la disminución de donantes, la ciencia explora alternativas innovadoras como la creación de “sangre artificial universal”. En este camino, Japón realiza ensayos clínicos para probar el uso de “sangre creada en laboratorio”.
Según datos de la Cruz Roja, en los últimos 20 años el número de donantes que participan a través de la institución humanitaria ha caído aproximadamente un 40 por ciento. Por ello, el laboratorio liderado por el profesor Hiromi Sakai está evaluando una versión de sangre artificial que pueda utilizarse en todos los grupos sanguíneos y conservarse hasta por dos años. Esta propuesta busca ofrecer una respuesta concreta a la crítica escasez de sangre para emergencias médicas y tratamientos crónicos en todo el mundo.
Aunque Japón no es el primer país en desarrollar este tipo de investigaciones —también se han realizado pruebas en Estados Unidos y Reino Unido—, sus avances se enmarcan en un renovado interés de la comunidad científica por enfrentar los efectos del desabasto sanguíneo, destaca Newsweek.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran más de 118 millones de donaciones de sangre, pero 40 por ciento proviene de países con altos ingresos, donde solo vive 16 por ciento de la población mundial. Esto evidencia que una gran parte del planeta tiene acceso limitado a transfusiones, un recurso esencial para salvar vidas.
La posibilidad de contar con sangre artificial universal y de larga duración podría revolucionar la atención médica en todo el mundo, en especial en contextos de urgencia como cirugías, partos y accidentes, donde la falta de suministros provoca millones de muertes evitables, sobre todo en países con recursos limitados.
LA SIGUIENTE ETAPA DE LA “SANGRE CREADA EN LABORATORIO”
El ensayo de la Universidad Médica de Nara, en Japón, administró entre 100 y 400 mililitros de sangre artificial a 16 voluntarios adultos sanos en marzo, según el medio local Kyodo News.
La siguiente etapa será examinar la eficacia y seguridad del tratamiento, si no se reportaron efectos secundarios tras las transfusiones. El laboratorio de Sakai informó en su sitio que la sangre artificial resolvería los problemas presentes en el sistema tradicional de donaciones, “incluyendo la posibilidad de infección, la incompatibilidad del tipo de sangre, la respuesta inmunológica y la corta vida útil que es insuficiente para almacenarla en situaciones de emergencia”.
Esta sangre artificial se creo al extraer hemoglobina —la molécula que transporta el oxígeno— de sangre vencida de un donante (tres semanas de antigüedad) y al encapsularla en una capa lipídica.
Conocidas como vesículas de hemoglobina, estas partículas imitan a los glóbulos rojos naturales y pueden transportar oxígeno eficientemente. Además, no contienen marcadores de tipo sanguíneo, lo que las hace universalmente compatibles y libres de virus.
Hoy en día, la Universidad Médica de Nara planea avanzar desde ensayos de seguridad voluntarios a estudios de eficacia más amplios, “buscando la aprobación clínica y el lanzamiento práctico de su sangre artificial universal para 2030”, según Kyodo News.