Tras un polémico acuerdo con El Salvador, Estados Unidos está negociando más acuerdos para enviar migrantes a terceros países, dijo el miércoles la administración del presidente Donald Trump, con Ruanda aparentemente en la lista.
“Lo digo sin disculpas: estamos buscando activamente otros países que acepten a personas de terceros países”, dijo el secretario de Estado, Marco Rubio, en una reunión de gabinete dirigida por Trump.
“Esto no se limita a El Salvador. Estamos trabajando con otros países para decirles que queremos enviarles a algunos de los seres humanos más despreciables a sus países”, dijo.
Dos personas familiarizadas con las negociaciones, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que Ruanda estaba entre los países que estaban en conversaciones con Estados Unidos.
Ruanda, uno de los países más estables de África, había llegado a un acuerdo con el anterior gobierno conservador británico para aceptar inmigrantes deportados a cambio de un pago.
El gobierno del primer ministro Keir Starmer, que asumió el cargo en julio del año pasado, canceló el acuerdo antes de que pudiera ponerse en marcha.

El Salvador ha estado acogiendo a sus propios ciudadanos, así como a inmigrantes venezolanos, mientras Trump lleva a cabo una campaña de deportación masiva.
El acuerdo ha generado furor, especialmente después de que un funcionario estadounidense reconoció que las autoridades expulsaron por error a un hombre salvadoreño, Kilmar Abrego García, pero que Estados Unidos no podía traerlo de regreso.
La Corte Suprema de Estados Unidos ordenó al gobierno facilitar el regreso de Abrego García, quien no ha sido acusado de ningún delito y tenía una orden judicial contra su deportación.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ha impulsado el encarcelamiento masivo para frenar la delincuencia en su país y ha ofrecido tomar prisioneros por una fracción del precio que Estados Unidos pagaría en su país.
Rubio, en una visita a El Salvador, dijo que Bukele estaba listo para aceptar ciudadanos estadounidenses, aunque la administración Trump ha reconocido preocupaciones legales por encarcelar a estadounidenses en otro país.