El presidente Donald Trump ha dicho que tiene el poder de rapatriar al salvadoreño Kilmar Abrego García desde una cárcel de El Salvador hacia Estados Unidos, pero se niega a ejercer su autoridad para regresarlo
En una entrevista con Terry Morán, de la cadena de noticias ABC que se transmitió el martes, el periodista dijo que el presidente tenía el poder de hacer que Abrego García, quien fue deportado injustamente a El Salvador en marzo a pesar de una orden judicial que bloqueaba su expulsión, regresara con una simple llamada telefónica al presidente salvadoreño Nayib Bukele.
“Podría”, dijo Trump, y agregó: “Y si fuera el caballero que dices que es, lo haría. Pero no lo es”.
Los comentarios de Trump marcan un cambio respecto de la posición anterior de su administración de que Estados Unidos carecía de los medios legales para devolver a Abrego García mientras permanecía bajo custodia salvadoreña.
Cuestionamientos al presidente
Los expertos legales han dicho que el reconocimiento público del presidente de que tiene el poder de devolver a Abrego García podría tener consecuencias legales significativas, especialmente a la luz de la orden judicial que bloquea la deportación de Abrego García.

Argumentan que la negativa de Trump a actuar —a pesar de admitir que podía hacerlo— puede utilizarse como evidencia de que la administración está desafiando deliberadamente la autoridad judicial.
“La transcripción de la entrevista del presidente Trump en ABC se presentará rápidamente en el caso de Abrego García. Trump afirmó que podría recuperar a García, pero no quiere hacerlo. El juez ahora puede usar esa admisión como prueba de una violación de la orden para facilitar su regreso”, declaró el abogado Jonathan Turley en una publicación en X, anteriormente Twitter.
Trump le dijo a Moran que los abogados del gobierno le habían aconsejado no ayudar a traer a Abrego García de regreso a Estados Unidos, diciendo: “No soy yo quien toma esta decisión”.
También repitió las acusaciones de que Abrego García tenía tatuajes de la MS-13 en su mano.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha dicho que su deportación fue un error, lo que provocó fuertes críticas de los demócratas y organizaciones de derechos humanos.
Abrego García estaba detenido en el Centro de Internamiento de Terroristas de alta seguridad de El Salvador (CECOT), una prisión construida para albergar a presuntos pandilleros como parte de la ofensiva de Bukele contra el crimen organizado, antes de ser trasladado a un centro de detención de menor seguridad.
En una encuesta de YouGov/ The Economist publicada el 23 de abril, el 50 por ciento de los encuestados dijo que Abrego García debería regresar a Estados Unidos, mientras que el 28 por ciento creía que la administración Trump no debería facilitar su regreso.