El senador demócrata Chris Van Hollen dijo este miércoles que el gobierno de Nayib Bukele rechazó su pedido de liberar al migrante salvadoreño deportado por error para que vuelva a Estados Unidos, como exigen los tribunales.
El legislador viajó a este país para tratar de conseguir el retorno de Kilmar Ábrego García, de 29 años, uno de los 261 expulsados a El Salvador el 15 de marzo por la administración del presidente Donald Trump invocando la ley de enemigos extranjeros de 1798.
Ábrego está desde entonces en el ‘CECOT’, una megacárcel de alta seguridad, a pesar de la orden de una jueza federal estadounidense, respaldada por la Corte Suprema, que pide que sea llevado de vuelta.
El gobierno de Trump afirma que no está en sus manos hacerlo volver.
Van Hollen dijo que una respuesta similar le dio el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, a pesar de los dictámenes de la justicia estadounidense y de que no hay evidencia de que Ábrego perteneciera a la pandilla MS-13.
“Su respuesta (de Ulloa) fue que la administración Trump le está pagando a El Salvador, al gobierno de El Salvador, para mantenerlo en el Cecot”, dijo el senador a los periodistas tras entrevistarse con el vicepresidente.
En un video de su conferencia de prensa posterior a la reunión con Ulloa, Van Hollen declaró: «Le pregunté al vicepresidente si podía reunirme con el Sr. Ábrego García. Y me respondió: “Bueno, necesito organizarme con anticipación para visitar CECOT”.

El senador le dijo a Ulloa: «No me interesa en este momento visitar CECOT; solo quiero reunirme con el señor Ábrego García. Él [Ulloa] dijo que no podía hacerlo; que necesitaba un poco más de tiempo».
Van Hollen dijo que el intercambio fue de ida y vuelta, y que Ulloa no pudo prometer que el senador podría visitar a Abrego García en cualquier momento.
“Le pregunté si podía hablar por teléfono, ya fuera por videollamada o por teléfono, con el Sr. Abrego García. Para preguntarle cómo estaba y poder informar a su familia. Me dijo que no podía organizarlo. Dijo que tal vez si la embajada estadounidense lo solicitaba, tal vez se podría”, dijo Van Hollen.
Asimismo, Van Hollen instó al presidente Bukele a “que haga lo correcto y permita que el señor Ábrego García salga de prisión, (pues es) un hombre sin cargos ni condena, secuestrado ilegalmente en Estados Unidos”.

Bukele, recibido por Trump el lunes en la Casa Blanca, afirmó que él tampoco tenía “el poder” de enviarlo de regreso a Estados Unidos.
“Han mentido”
La administración Trump acusa al migrante, sin presentar pruebas, de formar parte de la pandilla MS-13, declarada “terrorista” por Washington.
“Han mentido sobre él”, sostuvo antes de viajar a El Salvador el senador por el estado de Maryland, vecino a Washington, donde Ábrego residía con su esposa estadounidense.
El gobierno reconoció que Ábrego fue deportado por un “error administrativo”, puesto que en 2019 una corte revocó permanentemente la posibilidad de expulsarlo a El Salvador.
Ábrego García fue expulsado en un grupo de 261 personas, en su mayoría venezolanos acusados de formar parte de la banda criminal Tren de Aragua, a pesar de que el juez federal James Boasberg había ordenado prohibir las deportaciones de migrantes bajo la ley de 1798.
Este miércoles, el magistrado consideró que su orden fue ignorada “deliberadamente” por la administración de Trump y consideró el hecho como una “causa probable” de “desacato judicial”, en un dictamen que la Casa Blanca prevé apelar “inmediatamente”.
“Terror y trauma”
El martes, antes de una vista judicial, la esposa del migrante salvadoreño, Jennifer Vásquez Sura, pidió a Trump y a Bukele que dejen de “jugar políticamente con la vida de Kilmar”.
En la audiencia la jueza Paula Xinis, que solicitó a la administración un informe diario sobre el paradero y la situación del salvadoreño y sobre las acciones tomadas o previstas para “facilitar su regreso”, se quejó de haber recibido “muy poca información interesante”.
El sábado un funcionario del Departamento de Estado confirmó por primera vez que Ábrego “está vivo y seguro” en la prisión de El Salvador, conocida como Cecot. A la fecha han sido enviados 288 deportados a El Salvador acusados de ser criminales y todos fueron encerrados en el mismo penal.
El Ejecutivo estadounidense se niega a dar información sobre las medidas adoptadas o previstas para su regreso y hace una lectura singular del fallo de la Corte Suprema. Considera que el tribunal solo pide que “levante obstáculos internos que de otra manera impedirían que este extranjero regresara” a Estados Unidos.
Van Hollen no es el primer legislador en viajar a El Salvador por este caso.
El congresista republicano Riley Moore publicó el martes en la red social X que fue al país para visitar la prisión donde están recluidos los migrantes deportados por Estados Unidos. Pero apoyó las medidas de Trump.
Los congresistas demócratas Cory Booker, Maxwell Alejandro Frost y Robert García también tienen previsto viajar a El Salvador, según medios estadounidenses.
Respuesta de la Casa Blanca
La Casa Blanca respondió con fuerza tras la visita del senador demócrata Chris Van Hollen a El Salvador . “Es vergonzoso y triste”, dijo la vocera presidencial asegurando que el esfuerzo es para defender a un pandillero deportado sin tomar en cuenta otros casos relevantes.
Se refería al caso de Rachel Morin, una corredora brutalmente asesinada por un ilegal salvadoreño en 2023 y declarado culpable por un jurado Maryland.