En el emblemático parque Seminario de Guayaquil, capital económica de Ecuador, el número de visitantes apenas supera al de las iguanas que pasean bajo un calor sofocante. La violencia que gangrena el país ahuyenta a turistas locales y extranjeros.
«Parece un cementerio ya en la tarde», lamenta Juan Carlos Pesantes, que desde hace 16 años vende dulces y bebidas en un quiosco fuera del parque.
El mandatario Daniel Noboa y la izquierdista opositora Luisa González disputarán un reñido balotaje presidencial este domingo en Ecuador, un país endeudado, dividido y hundido en la violencia del narcotráfico.
González, abogada de 47 años, aspira a ser la primera presidenta elegida en las urnas. Noboa, un empresario millonario de 37, apuesta por gobernar cuatro años más tras ganar por sorpresa los comicios anticipados de 2023.
Los últimos años han sido brutales para esta nación de 18 millones de habitantes, atravesada por volcanes y conocida hasta hace un tiempo por ser un bastión de tranquilidad en una región convulsa.
La criminalidad y la debacle económica son los mayores desafíos del balotaje presidencial del domingo.
«Ya no hay turistas», agrega. A su alrededor han cerrado varios locales y un hotel de la turística ciudad, hoy convertida en una de las más violentas de América Latina.
Este lugar, antes concurrido, cierra ahora a las 18H00 en lugar de las 22H00 como antes. En tres años, los ingresos del vendedor se redujeron a la mitad.
Si bien la inseguridad es uno de los frenos al crecimiento económico de la nación de casi 18 millones de habitantes, no es el único.
Los desafíos son numerosos para la economía ecuatoriana, que registró recesión en el tercer trimestre de 2024: desigualdad social, falta de empleo, poca inversión y desequilibrio de las finanzas públicas desde la brusca caída de los precios del petróleo hace diez años.
Pesantes está «indeciso» entre el presidente Daniel Noboa, un millonario partidario de la mano dura contra el crimen, o su rival de izquierda Luisa González, heredera política del exmandatario Rafael Correa (2007-2017).
«No hay confianza» en ellos, explica a puertas del balotaje.
Trabajo informal
Los últimos años Ecuador se convirtió en un sitio estratégico para el narcotráfico, por sus puertos en el Pacífico, economía dolarizada y vecindad con Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína.
La tasa de homicidios se disparó y aumentó el número de bandas criminales, con un efecto directo sobre la actividad económica.
La violencia está «afectando el consumo. La población tiene menos posibilidades de salir a la calle, a un restaurante, a hacer una compra, es riesgoso», señala Alberto Acosta Burneo, analista económico del grupo Spurrier.
En un barrio popular de Guayaquil, Paola Valdivieso, empleada de 54 años de una peluquería, habla del «susto, el miedo» que tiene cuando debe caminar «mirando para todos los lados».
El banano, uno de los principales productos de exportación junto con el petróleo, cacao, camarón y flores, sufre también del crimen organizado.
«Somos víctimas del narcotráfico», afirma a la AFP Richard Salazar, director de un gremio de bananeros (Acorbanec). «Somos víctimas de la delincuencia y del crimen organizado con extorsiones» y, a pesar de los controles, los narcos usan los grandes cargamentos de fruta para mover cocaína, explica.
En una economía deprimida, el desempleo y el subempleo afectan a casi un 23% de la población y la pobreza a un 28%, según cifras oficiales.
Hay «mucha informalidad» en lo laboral, con empleo mal remunerado y precario, precisa Acosta Burneo.
En una plaza céntrica, el jubilado Gerardo Ortiz bromea al señalar su «auto». En realidad es una bicicleta oxidada apoyada contra un árbol. Su pensión mensual de 280 dólares le sirve para «subsistir», no para «vivir bien», afirma el septuagenario.
Inversiones necesarias
La falta de inversión «se refleja en una economía que no crece como debería», según el analista de Spurrier.
Valdivieso recuerda con temor los largos meses de cortes eléctricos de hasta 14 horas diarias, que golpearon al país el año pasado y llevaron a la peluquería a adquirir un generador.
Esta situación inédita se debió a la sequía, pero sobre todo a la falta de capital fresco en el sector.
Para impulsar la economía, los candidatos presidenciales plantean soluciones diferentes. «El proyecto de Luisa González se inscribe dentro de un retorno al Estado estratégico» mediante el desarrollo de infraestructuras y servicios públicos, según Christophe Ventura, especialista en América Latina del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas.
La postulante izquierdista aboga por un sistema tributario que imponga una mayor carga al sector privado y planea reducir el IVA, que Noboa aumentó de 12% a 15%.
El candidato a la reelección aplica una política económica neoliberal, negoció un acuerdo comercial con Canadá para impulsar industrias extractivas, intentó otorgar una concesión a un privado para la explotación de un importante yacimiento petrolífero y propuso sin éxito un referendo con reformas para recortar protecciones laborales.
Noboa y González sellaron la primera vuelta electoral casi empatados, con una diferencia de 0,17% a favor del mandatario. En el balotaje, expertos y encuestas avizoran una pelea voto a voto.