Los legisladores de la Ciudad de México, sede de la plaza de toros más grande del mundo, votaron el martes a favor de prohibir las corridas de toros en las que se maten o hieran animales, tras protestas rivales de opositores y partidarios.
La iniciativa, impulsada por la alcaldesa de la capital, Clara Brugada, pretende avanzar hacia unas fiestas taurinas “libres de violencia”.

La capital mexicana no puede permitir “la crueldad como espectáculo, mucho menos el largo dolor y la muerte de un animal como entretenimiento”, afirmó Brugada la semana pasada.
La prohibición fue aprobada por 61 votos a favor y uno en contra, anunció la legislatura de la Ciudad de México.
Los promotores de las corridas de toros se opusieron a la medida, diciendo que amenaza una tradición cultural profundamente arraigada.
La Ciudad de México es un bastión de la tauromaquia, y en su corazón se encuentra la Plaza de Toros, que tiene capacidad para más de 40.000 personas.
Pero la capital también se considera un bastión progresista, y ha habido años de batallas legales entre los partidarios de las corridas de toros y los activistas de los derechos de los animales, que aplaudieron la prohibición de herir a los animales.
Antón Aguilar, director ejecutivo de Humane World for Animals México, lo calificó como “un paso importante hacia la erradicación del tormento y la matanza de animales para entretenimiento”.
Al mismo tiempo, “es importante reconocer también que una corrida de toros sin violencia no significa una corrida sin sufrimiento, ya que los toros seguirán estando sometidos a un estrés significativo y completamente innecesario”, añadió.
Varios de los 32 estados de México han prohibido las corridas de toros, traídas por los conquistadores españoles hace siglos.
Con información de AFP