Con música ranchera, pobladores de la empobrecida aldea guatemalteca Santo Domingo Los Ocotes sepultaron este martes a varias de las víctimas del trágico accidente de bus que el lunes dejó 54 muertos, una de las peores tragedias de carreteras de la última década en Latinoamérica.
Familiares de cinco de las diez personas de esta comunidad que murieron en el accidente les dieron el último adiós en sepelios separados, pero que congregaron a cientos de pobladores de la aldea, a unos 30 km al noreste de la capital guatemalteca.
El lunes en la madrugada, un autobús que salió de esta aldea cayó a un barranco cerca del puente de Belice, principal acceso por el norte a Ciudad de Guatemala, por causas que aún se investigan.
A paso lento, los pobladores acompañaron los ataúdes llevados en vehículos, mientras en las bocinas de unas camionetas sonaba a todo volumen música cristiana y ranchera mexicana. En el entierro, algunos hicieron disparos al aire.
Santo Domingo Los Ocotes, su dolor es nuestro dolor. Descansen en paz, las víctimas del trágico accidente en Calzada La Paz.@BArevalodeLeon @GuatemalaGob @SosepGob @somossbs @SCSPGT pic.twitter.com/L39TocxBfJ
— Lucrecia Peinado (@lucreciapeinado) February 12, 2025
“Es bastante duro y fuerte, es un dolor muy grande”, dijo a la AFP Manolo Canté, cuyo padre fue enterrado en el pequeño cementerio de la localidad, en un cerro de difícil acceso.
“Por más de 30 años viajó a la capital para trabajar” en una empresa de telecomunicaciones, contó Canté, con una pala en la mano para mezclar el cemento con el que se selló la tumba.
La gran mayoría de habitantes de esta pequeña aldea rodeada de árboles trabaja en empresas en la capital y diariamente utilizan el transporte público, un servicio deficiente y con unidades viejas, reconocen las autoridades.
Algunas familias también se dedican a la agricultura y cultivan frijol y maíz, pero solo para autoconsumo.
Hoy acompañamos a las familias de Santo Domingo Los Ocotes en estos momentos de dolor.
Estamos tomando acciones para que nuestro futuro como país sea diferente. pic.twitter.com/ceQpShwJSX
— Bernardo Arévalo (@BArevalodeLeon) February 12, 2025
Viaje sin retorno
El presidente Bernardo Arévalo, que declaró tres días de “duelo nacional”, llegó a este poblado del municipio de San Antonio La Paz para expresar sus condolencias, participó en una misa oficiada en el centro de la comunidad y visitó los hogares de los dolientes.
“Una verdadera tragedia la que estamos viviendo, de aquí hay muchos los muertos, pero hay de otras aldeas cercanas”, indicó a la AFP Reginaldo Aquino, de 65 años, mientras acompañaba a la familia de Emiliano Pérez en las honras fúnebres.
“Fue un viaje sin retorno”, lamentó Reyes Pérez, de 36 años, hijo de Emiliano, quien por unos 50 años viajó en bus para trabajar de albañil en la municipalidad de la capital.
![](https://newsweekespanol.com/elsalvador/wp-content/uploads/sites/3/2025/02/sepelio-victimas-accidente-guatemala-1024x683-1.jpeg)
“A mí me tocó entrar a identificarlo, estaba todo golpeado, estaba desfigurado, murió por traumatismo encefálico”, agregó Pérez, quien tiene un niño de seis años y una hija que en marzo cumplirá 15, que no celebrará por la tragedia.
En su precaria vivienda de cemento instalaron un altar con un crucifijo y en la parte superior del ataúd de madera colocaron dos fotografías y flores.
A unos 300 metros, Irma Catalán vela a su esposo Julio Arrivillaga, cuyo féretro plateado en el centro de la vivienda lucía con una fotografía y estaba rodeado de flores.
“No sé qué voy hacer ahora porque él era el sustento de la casa, todos los días madrugaba para ir a trabajar” al mercado de abastos más grande del país, mencionó mientras se secaba las lágrimas con una pequeña toalla rosada. “Ahora estaré sola”, dijo, pues no tuvieron hijos.
San Antonio La Paz es el poblado más afectado por la tragedia con 17 de las 54 víctimas mortales, según las autoridades.