Por un lado, McDonald’s ha anunciado cambios significativos en sus políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), retrocediendo en algunos de sus compromisos tras el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que puso fin a la acción afirmativa en las admisiones universitarias. La compañía ha decidido dejar de establecer metas de representación y ha reducido su participación en iniciativas externas relacionadas con la DEI.
Sin embargo, al mismo tiempo, la empresa se enfrenta a una demanda colectiva presentada por más de 700 empleados en Reino Unido, quienes denuncian haber sufrido acoso laboral, discriminación y maltrato. Los testimonios recogidos incluyen casos de homofobia, racismo y discriminación hacia personas con discapacidades.
Una imagen contradictoria
Esta doble situación plantea interrogantes sobre la verdadera posición de McDonald’s en materia de diversidad y equidad. Por un lado, la compañía busca adaptarse a un nuevo contexto legal y social, donde las políticas de acción afirmativa están siendo cuestionadas. Por otro lado, se enfrenta a acusaciones concretas de incumplimiento de los derechos de sus trabajadores.
¿Qué está detrás de estos cambios?
La decisión de McDonald’s de revisar sus políticas de DEI puede atribuirse a varios factores:
- Presión legal: El fallo de la Corte Suprema ha generado incertidumbre jurídica y ha llevado a muchas empresas a reevaluar sus prácticas.
- Presión económica: Las empresas temen represalias legales y boicots si son percibidas como discriminatorias.
- Cambio de paradigma: Existe un creciente debate sobre si las políticas de DEI son realmente efectivas para promover la diversidad y la inclusión.
El desafío de conciliar diversidad y negocio
La situación de McDonald’s pone de manifiesto la complejidad de conciliar los objetivos de diversidad y equidad con las necesidades del negocio. Si bien es fundamental promover un entorno de trabajo inclusivo, también es necesario garantizar la viabilidad económica de la empresa.
¿Qué medidas debe tomar McDonald’s?
Para superar esta crisis, McDonald’s debe tomar medidas concretas y contundentes, como:
- Investigaciones exhaustivas: Realizar investigaciones independientes sobre las acusaciones de acoso y discriminación.
- Sanciones ejemplares: Aplicar sanciones severas a los responsables de estos actos.
- Capacitación: Implementar programas de capacitación obligatoria para todos los empleados sobre temas de diversidad, equidad e inclusión.
- Canales de denuncia anónimos: Crear mecanismos seguros para que los empleados puedan denunciar cualquier tipo de acoso o discriminación.
- Monitoreo continuo: Establecer sistemas de monitoreo para garantizar el cumplimiento de las nuevas políticas.
El vocero de la compañía dijo que la empresa ha puesto en marcha un sistema en línea que permite «a los empleados de todos los establecimientos de la empresa expresarse sobre cuestiones de acoso en total confidencialidad».
«Estamos seguros de que estamos tomando medidas significativas e importantes para abordar los comportamientos inaceptables a los que se enfrentan todas las organizaciones. Sabemos que debemos estar constantemente vigilantes», añadió.
El gigante del ‘fast-food’ ya había sido objeto de acusaciones en 2019, cuando el Sindicato de Trabajadores de Panadería y Alimentación (BFAWU) afirmó que más de 1.000 empleadas dijeron haber sido víctimas de acoso sexual y maltrato en el lugar de trabajo.