El presidente electo Donald Trump se comprometió el domingo a “detener la locura transgénero” en el primer día de su presidencia, mientras los republicanos, que se preparan para controlar ambas cámaras del Congreso y la Casa Blanca, continúan su impulso contra los derechos LGBTQ.
“Firmaré órdenes ejecutivas para terminar con la mutilación sexual infantil, sacar a los transgénero del ejército y de nuestras escuelas primarias, secundarias y preparatorias”, dijo el presidente electo en un evento para jóvenes conservadores en Phoenix, Arizona.
También prometió “mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos”, añadiendo que “será la política oficial del gobierno de Estados Unidos que sólo haya dos géneros, masculino y femenino”.
En su intervención en la conferencia AmericaFest en un estado fronterizo en el que ganó fácilmente las elecciones de noviembre, Trump prometió además medidas inmediatas contra el “crimen migratorio”, prometió designar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras y reafirmó su promesa de restaurar el control estadounidense del Canal de Panamá.
Las cuestiones transgénero han agitado la política estadounidense en los últimos años, a medida que los estados controlados por demócratas y republicanos se han movido en direcciones opuestas en políticas como el tratamiento médico y qué libros sobre el tema están permitidos en las bibliotecas públicas o escolares.
La semana pasada, cuando el Congreso de Estados Unidos aprobó su presupuesto anual de defensa, incluyó una disposición para bloquear la financiación de algunos servicios de atención de afirmación de género para los hijos transgénero de miembros del servicio.
En su discurso del domingo, que fue una especie de vuelta de la victoria, Trump hizo promesas expansivas para su segundo mandato y trazó un panorama oscuro de los cuatro años anteriores, bajo el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, a esta última a la que derrotó en las elecciones de 2024.
“El 20 de enero, Estados Unidos dará vuelta para siempre la página de cuatro largos y horribles años de fracaso, incompetencia y decadencia nacional, e inauguraremos una nueva era de paz, prosperidad y grandeza nacional”, dijo Trump, refiriéndose a su toma de posesión.
‘La edad de oro’
“Pondré fin a la guerra en Ucrania. Pondré fin al caos en Oriente Medio y evitaré, lo prometo, una Tercera Guerra Mundial”.
Agregó: “La edad de oro de Estados Unidos ha llegado”.
El presidente electo aún no ha explicado públicamente cómo planea poner fin rápidamente a la guerra en Ucrania o traer la paz a Medio Oriente.
Pero en el tipo de lenguaje belicoso que a veces utilizó incluso contra aliados de Estados Unidos en el pasado, Trump dijo el domingo que las autoridades panameñas “no nos han tratado de manera justa” en su operación del Canal de Panamá.
Había dicho anteriormente que las tarifas por el uso del canal (cuya construcción fue iniciada por Francia y completada por Estados Unidos) son “ridículas”.
Y agregó el domingo que si no se cumplen los principios detrás del tratado de los años 1970 que le dio a Panamá el control total del canal, “entonces exigiremos” que éste sea devuelto a Estados Unidos “en su totalidad, rápidamente y sin preguntas”.
Miles de barcos transitan cada año por la importante vía fluvial centroamericana, lo que la hace fundamental para el comercio estadounidense e internacional.
El presidente electo, que regularmente culpa a los inmigrantes de América Latina por los problemas de drogas en Estados Unidos, renovó su promesa de comenzar de inmediato “la mayor operación de deportación en la historia estadounidense” al asumir el cargo, y luego fue más allá, diciendo que “designaría inmediatamente a los cárteles (de la droga) como organizaciones terroristas extranjeras”.
“Esta red criminal que opera en suelo estadounidense será desmantelada, deportada y destruida”, dijo Trump.
Durante su primer mandato en 2019, tras el asesinato en México de nueve ciudadanos estadounidenses de una comunidad mormona, Trump prometió aplicar la designación de terroristas a los cárteles mexicanos.
Pero cedió tras una petición del entonces presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.