El telescopio espacial Hubble de la NASA ha revelado la imagen más cercana jamás vista de un agujero negro monstruoso devorando su entorno cósmico.
Este agujero negro supermasivo, en el corazón de un cuásar conocido como 3C 273, ofrece una vista única de la compleja interacción de fuerzas galácticas a miles de millones de años luz de distancia.
Los cuásares son faros luminosos alimentados por agujeros negros que consumen material en los centros de las galaxias.
En un estudio reciente, el Hubble proporcionó una mirada de cerca al entorno que rodea a 3C 273, revelando un intrincado tapiz de fenómenos celestiales.
Bin Ren, del Observatorio de la Costa Azul y de la Universidad Costa Azul en Niza, Francia, y autor principal del estudio, describió muchas “cosas raras” que se podían ver en las imágenes.
“Tenemos algunas manchas de distintos tamaños y una misteriosa estructura filamentosa en forma de L. Todo esto está a 16.000 años luz del agujero negro”, dijo en un comunicado.
Según el estudio, estas enigmáticas estructuras podrían incluir galaxias enteras, conocidas como galaxias satélite, que orbitan la galaxia más grande que contiene el agujero negro y alimentan el apetito insaciable del cuásar.
“Gracias al poder de observación del Hubble, estamos abriendo una nueva puerta para comprender los cuásares”, afirmó Ren. “Mis colegas están entusiasmados porque nunca antes habían visto tantos detalles”.
El primer cuásar identificado, 3C 273, se encuentra a 2.500 millones de años luz de la Tierra, en el corazón de una galaxia elíptica gigante en la constelación de Virgo.
La luminosidad del cuásar supera en más de diez veces a la de las galaxias elípticas gigantes más brillantes. En otras palabras, este objeto en el centro de una galaxia es más brillante que todas las estrellas de 10 galaxias juntas.
Los astrónomos creen que el combustible probable de un incendio tan feroz debe ser materia que cae, o se “acrecienta”, sobre un agujero negro supermasivo.
Observaciones anteriores del Hubble en 1994 dieron una idea de la complejidad de los entornos de los cuásares, sugiriendo que las colisiones y fusiones galácticas juegan un papel clave en el abastecimiento de energía de estos gigantes celestiales.
Sin embargo, las últimas observaciones llevan los límites aún más lejos. Utilizando el Espectrógrafo de Imágenes del Telescopio Espacial (STIS) como coronógrafo, los astrónomos pudieron bloquear la abrumadora luz del cuásar, algo similar a observar la atmósfera del Sol durante un eclipse lunar total.
Esta técnica permitió a los astrónomos observar el agujero negro ocho veces más cerca que nunca.
Los datos también revelaron detalles de un chorro de material de 300.000 años luz de longitud que fue expulsado del cuásar a casi la velocidad de la luz, aproximadamente tres veces el ancho de nuestra galaxia, la Vía Láctea, según la NASA .
Al comparar datos de archivo del Hubble que abarcan 22 años, el equipo de Ren observó que el chorro parece moverse más rápido a medida que se aleja del agujero negro.
“El Hubble ha tendido un puente entre la interferometría de radio a pequeña escala y las observaciones de imágenes ópticas a gran escala, y de este modo podemos dar un paso observacional hacia una comprensión más completa de la morfología del huésped del cuásar”, dijo Ren.
“Nuestra visión anterior era muy limitada, pero el Hubble nos permite comprender en detalle la complicada morfología del cuásar y las interacciones galácticas”.
Como uno de los cuásares más cercanos a la Tierra, 3C 273 continúa sirviendo como laboratorio cósmico para desentrañar los misterios de las interacciones galácticas y la física de los agujeros negros.
Si bien las contribuciones del Hubble son transformadoras, Ren dijo que las capacidades infrarrojas del telescopio espacial James Webb ofrecerán aún más pistas sobre la galaxia anfitriona del cuásar y su entorno.