El Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) de la Iglesia Católica y otros grupos ambientalistas se pronunciaron contra la explotación minera, tras el anuncio de los presidentes de El Salvador y Costa Rica de revertir las prohibiciones que sobre el tema existen en sus países.
El SEDAC agrupa a los obispos de Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y Panamá. Sus miembros sostuvieron su Asamblea anual en San Salvador del 25 al 29 de noviembre y al final del encuentro emitieron un pronunciamiento en el que piden a los gobiernos de la región “que no permitan la explotación minera”.
Los jerarcas católicos de la región dijeron que “necesario priorizar la vida humana y el medio ambiente sobre los intereses económicos” que “perpetúan el daño social y ecológico” e instó urgentemente a adoptar “políticas responsables y sostenibles”.
#Mensaje del Secretariado Episcopal de América Central (#SEDAC) al concluir su Asamblea anual que se llevó a cabo en San Salvador.
Caminos de esperanza,
caminos de misión. pic.twitter.com/gkE7LVlFcp— Arquidiócesis de San Salvador (@arzobispadoss) November 29, 2024
Los obispos solicitaron que se respete el acuerdo de Escazú que “promueve el derecho a acceder oportuna y efectivamente a la información ambiental”, así como participar “en la toma de decisiones que afecten el ambiente”.
“Hacemos un llamado urgente a los gobiernos para que adopten las políticas responsables y sostenibles que respeten la dignidad de los pueblos y la casa común, y que no permitan la explotación minera”. Secretariado Episcopal de América Central.
La minería metálica enfrenta en El Salvador enfrenta una prohibición legal aprobada en 2017 luego de una campaña respaldada por la Iglesia Católica de este país.
Ambientalistas y académicos preocupados por el Rio Lempa
El matutino La Prensa Gráfica recopiló pronunciamientos de diversos actores, desde ambientalistas y académicos hasta figuras políticas, que han expresado su preocupación por los riesgos que la minería podría implicar para los recursos hídricos, la salud pública y la sostenibilidad ambiental del país.
El miércoles, el presidente Nayib Bukele se pronunció en favor de reactivar la minería metálica en El Salvador luego de siete años de una prohibición. Calificó de absurda la prohibición y se expresó en favor de la extracción de los que llamó “un gigantesco tesoro bajo nuestros pies”
Habló de generar riquezas y desarrollar el país; dijo que la riqueza potencial es más de $3 billones.
“Esta riqueza podría transformar El Salvador” pues el mandatario considera que se podrían generar “miles de empleos de calidad” a través de la “minería moderna y sostenible, cuidando nuestro medio ambiente”, dijo Bukele.
Pero el Rio Lempa, la principal fuente de agua potable y de riego en El Salvador, ha sido uno de los puntos clave en la discusión sobre la minería metálica y está en el camino de la explotación planteada por el gobernante.
En el mapa compartido por Bukele para ilustrar los supuestos puntos donde podría explorarse en busca de oro, hay varias coincidencias con zonas de recorrido del río Lempa.
Por eso, ambientalistas como Ricardo Navarro, presidente del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA), advierten que cualquier actividad minera podría contaminar el río.
Otros, como Andrés McKinley, investigador internacional en temas de minería metálica, califican la actividad como una amenaza para las principales fuentes de agua del país, esenciales para la generación de energía, el abastecimiento de agua potable y la producción agrícola.
Por su parte, el internacionalista Napoleón Campos va más allá en sus consideraciones y recuerda que el país acordó recientemente un canje de deuda por naturaleza, que le permitirá ahorrar fondos, con el compromiso de invertirlos en medidas para proteger el río Lempa.
“Hay que perfilar muy bien dónde quedó encajada la iniciativa del canje de deuda por naturaleza”, indicó, para hacer notar que la minería podría atentar contra el espíritu de dicha operación financiera.
Sin embargo, el presidente Bukele dijo sobre el tema que “esta riqueza, dada por Dios, puede ser aprovechada de manera responsable”.