El mundo está más preparado que nunca para un tsunami devastador gracias a los sistemas de alerta temprana, dijeron el jueves expertos en ciencias oceánicas, aunque todavía no pueden predecir cuándo podría ocurrir uno.
A medida que se acerca el 20º aniversario del tsunami asiático de diciembre de 2004 que mató a más de 170.000 personas, los especialistas respaldados por las Naciones Unidas han reiterado mensajes sobre la preparación para casos de tsunami.
Hace dos décadas, los científicos no tenían un sistema de alerta de tsunami en el Océano Índico cuando ocurría un desastre, pero ahora, 1.400 estaciones en todo el mundo reducen los tiempos de alerta a sólo unos minutos después de que se forma una ola de tsunami.
“Estamos mucho mejor preparados que en 2004. El sistema mundial de alerta temprana está salvando vidas”, dijo Bernardo Aliaga, responsable de resiliencia ante tsunamis en la UNESCO , en una rueda de prensa.
“¿Estamos más seguros? Sí, tal vez. ¿Estamos más seguros en todos los lugares del mundo? Tal vez no. En realidad, necesitamos su ayuda. Porque tenemos que transmitir el mensaje de estar mejor preparados”.
Los expertos de la UNESCO esperan que los ciudadanos de las zonas vulnerables puedan protegerse contra peligros mortales e impredecibles a través de un programa que ayuda a la concienciación y preparación de las comunidades costeras llamado Tsunami Ready.
“Nuestro objetivo es que para 2030 el 100 por ciento de estas comunidades en riesgo estén preparadas y sean resilientes a los tsunamis”, afirmó Ardito Kodijat, director del Centro de Información sobre Tsunamis del Océano Índico de la UNESCO.
Estas medidas preventivas incluyen mapas de evacuación, ejercicios regulares de tsunami e informar a la gente para que esté atenta a las señales de tsunami, incluyendo escuchar su sonido rugiente antes de correr a un terreno alto.
Las medidas se suman a advertencias más concretas, como boyas desplegadas cerca de fallas geológicas clave para detectar cuándo podría formarse una ola y avisar a los centros de alerta.
Los países afectados por el terremoto y tsunami del Océano Índico en 2004, así como aquellos cercanos a fallas geológicas como Japón, también son particularmente propensos.
En 2011, un colosal terremoto submarino de magnitud 9,0 en el noreste de Japón desencadenó un tsunami que dejó alrededor de 18.500 personas muertas o desaparecidas.
Los expertos en océanos advirtieron que no se pueden evitar todas las muertes causadas por un tsunami, sino sólo minimizar el impacto.
“2004 fue una tragedia porque… podríamos haber sabido que había un evento, pero no teníamos forma de decírselo a nadie”, dijo Laura Kong del Centro Internacional de Información sobre Tsunamis con sede en Honolulu.
“No sabemos cuándo será el próximo gran huracán, pero lo que sí sabemos es que podemos estar tan preparados como podamos”.