La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos dio a conocer las primeras imágenes del CCOR-1, el primer coronógrafo espacial operativo del mundo, montado a bordo del satélite GOES-19.
El poderoso telescopio solar comenzó su misión de observar la corona del Sol (su tenue atmósfera exterior) el 19 de septiembre de 2024.
El CCOR-1 representa un avance significativo en el monitoreo del clima espacial, ya que captura nuevas imágenes de la corona solar cada 15 minutos. El telescopio emplea un disco de ocultación, visible como un círculo azul oscuro en las imágenes, para eclipsar al sol y revelar la corona, que normalmente está oscurecida.
“La nube de humo que sale del lado izquierdo del centro de la imagen es una eyección de masa coronal o CME. Básicamente, se trata de una explosión en la superficie del sol que literalmente expulsa parte de su atmósfera hacia el exterior “, comentó a Newsweek James Spann, científico jefe de la Oficina de Observaciones del Clima Espacial de la NOAA.
Spann explicó que las CME son como columnas de gas electrificado conocido como plasma, compuesto principalmente de electrones y protones que viajan a cientos, posiblemente incluso miles de kilómetros por segundo. Esta CME en particular no venía hacia la Tierra; si así fuera, sería visible en ambos lados del disco central que bloquea el Sol.
EL SEGUIMIENTO DEL CLIMA ESPACIAL CON EL TELESCOPIO SOLAR
El seguimiento del clima espacial es importante porque tiene un impacto significativo en nosotros en la Tierra. Cuando las tormentas solares se acercan a nosotros provocan auroras deslumbrantes en el cielo al interactuar con el campo magnético de la Tierra.
“La aurora es como la guinda del pastel, la manifestación más visible del clima espacial. Pero hay otros impactos que no son tan obvios “, dijo Spann.
Los satélites y las redes de comunicación pueden verse interrumpidos cuando una eyección de masa coronal se dirige hacia nosotros e incluso puede suponer un riesgo para los astronautas en las estaciones espaciales. Por lo tanto, es imprescindible avisar con antelación de su llegada.
En tierra, las tormentas geomagnéticas causadas por CME pueden inducir corrientes en líneas eléctricas y quemar transformadores, interrumpir los ferrocarriles, así como las redes de GPS y comunicación, agregó Spann.
Al monitorear el sol cada 15 minutos, el CCOR-1 permitirá a los científicos predecir mejor los impactos de las eyecciones de masa coronal y garantizar que no se pierdan ni un detalle de la actividad solar. Los coronógrafos anteriores que medían tormentas solares a veces no podían enviar sus resultados a la NOAA durante varias horas.
ES SOLO EL COMIENZO…
El telescopio CCOR-1 es solo el comienzo de las capacidades ampliadas de monitoreo solar de la NOAA. La agencia planea desplegar instrumentos similares tanto a lo largo de la línea Sol-Tierra como en órbita alrededor del Sol como parte de sus iniciativas Space Weather Follow-On y Space Weather Next.
Actualmente, el GOES-19 está siendo sometido a pruebas posteriores al lanzamiento y a comprobaciones del sistema. Una vez que el satélite asuma su función operativa como satélite GOES East de la NOAA en la primavera de 2025, el Centro de Predicción del Clima Espacial integrará las observaciones del CCOR-1 en sus sistemas de predicción.