El objetivo global de poner fin a la pobreza extrema para 2030 está “fuera de nuestro alcance”, afirmó el Banco Mundial, añadiendo que podría llevar tres décadas o más lograrlo.
“La reducción de la pobreza mundial se ha desacelerado hasta prácticamente detenerse, y el período 2020-30 será una década perdida”, según un nuevo informe que evalúa los avances logrados en la eliminación de la pobreza tras la pandemia de Covid-19.
El mundo está experimentando graves retrocesos después de décadas de progreso, señaló el director gerente senior del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg.
Esto se produce en medio de desafíos superpuestos que incluyen el lento crecimiento económico, la pandemia de Covid-19 y los shocks climáticos.
Advirtió que con estas crisis “la estrategia de seguir como hasta ahora no funcionará”.
Casi 700 millones de personas, o el 8,5 por ciento de la población mundial, viven con menos de 2,15 dólares al día, el umbral de la pobreza extrema.
Se prevé que este porcentaje se mantenga en el 7,3 por ciento en 2030.
Hoy en día, la pobreza extrema sigue concentrada en países con bajo crecimiento y fragilidad, muchos de ellos en África subsahariana, señaló el Banco Mundial.
Y el 44 por ciento de la población mundial vive con menos de 6,85 dólares al día, que es la línea de pobreza para los países de ingresos medios-altos.
“El número de personas que viven por debajo de esta línea de pobreza apenas ha cambiado desde 1990 debido al crecimiento de la población”, señaló el banco.
Agregó que “la reducción futura de la pobreza requiere un crecimiento económico que sea menos intensivo en emisiones de carbono que en el pasado”.
Se estima que casi una de cada cinco personas sufrirá un fenómeno climático severo a lo largo de su vida y tendrá dificultades para recuperarse, según el Banco Mundial.
Los países más pobres son los que menos reciben ayuda
Los 26 países más pobres del mundo, que concentran 40 por ciento de la población mundial, tienen los niveles más bajos de ayuda internacional desde comienzos del siglo XXI, alerta el Banco Mundial (BM).

En un informe publicado el domingo, la institución financiera muestra su preocupación por la lucha contra la pobreza extrema en estos países, que además enfrentan una tasa de endeudamiento récord desde 2006.
Estas naciones también sufren las consecuencias cada vez más marcadas del calentamiento global, así como de la inestabilidad política, la inseguridad y la guerra.
De acuerdo con el Banco Mundial, los países más pobres dentro de este grupo han sido particularmente impactados por la pandemia, con una disminución de hasta 14 por ciento en su PIB per cápita entre 2020 y 2024. Para alcanzar sus metas de desarrollo, estos países tendrían que destinar el equivalente al 8 por ciento de su PIB anual en inversiones.
“Estas economías necesitan de una ayuda adicional externa más importante, directa o indirectamente a través de la AIF (Asociación Internacional de Fomento, filial del Banco Mundial a cargo de los préstamos y donaciones a los países más pobres)”, subrayó Ayhan Kose, economista jefe adjunto del Banco Mundial, citado en el comunicado.
En cuanto a estos países, la AIF se ha convertido en la principal fuente de financiamiento externo, mientras que la ayuda ha caído drásticamente hasta su nivel más bajo en 21 años en 2022, el último año con datos disponibles.
“Para que estos países salgan de un estado de emergencia crónico y alcancen objetivos esenciales de desarrollo necesitarán acelerar sus inversiones a un nivel sin precedentes y no podrán lograrlo solos”, advirtió el economista jefe del Banco, Indermit Gill.