Los animales son fundamentales para mantener el equilibrio de los ecosistemas. Participan en procesos como la polinización, el control de plagas y la descomposición de materia orgánica. Los depredadores, por ejemplo, ayudan a regular las poblaciones de otras especies.
De acuerdo con el informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en ingles), publicado este miércoles, las poblaciones de especies de agua dulce son las que han sufrido el mayor declive, con una caída del 85 por ciento, seguidas de las terrestres (69 por ciento) y las marinas (56 por ciento).
“[El informe] se basa en el seguimiento de casi 35,000 tendencias poblacionales de 5,495 especies de anfibios, aves, peces, mamíferos y reptiles (…) La degradación y pérdida de hábitats, impulsada principalmente por nuestro sistema alimentario, es la amenaza más señalada en cada región, seguida de la sobreexplotación, las especies invasoras y las enfermedades. Otras amenazas son el cambio climático y la contaminación”, se lee en el documento del WWF.
Respecto a las regiones, los descensos más rápidos se observaron en América Latina y el Caribe, seguidos de África (76 por ciento) y Asia y el Pacífico (60 por ciento). En tanto, los descensos menos dramáticos se registraron en Europa y Asia Central (35 por ciento) y Norteamérica (39 por ciento); en gran parte por los esfuerzos de conservación y la reintroducción de especies.
Sin embargo, en los últimos 50 años (1970-2020), las diferentes poblaciones de animales silvestres son menos; han perdido en promedio 73 por ciento de sus individuos y en América Latina y el Caribe esa cifra es de hasta 95 por ciento.
MENOS ANIMALES SILVESTRES Y EL FUTURO DE LA TIERRA
Al monitorear los cambios en el tamaño de las poblaciones de diversas especies a lo largo del tiempo, el Índice Planeta Vivo (IPV) funciona como un indicador temprano del riesgo de extinción. Además, ayuda a comprender la salud de los ecosistemas.
La Sociedad Zoológica de Londres (ZSL, por sus siglas en inglés) administra el Índice Planeta Vivo, rastrea las poblaciones de animales y analiza cómo ha cambiado su tamaño desde 1970 hasta 2020. En contexto, cada dos años WWF publica el IPV.
“Las poblaciones estables a largo plazo proporcionan resistencia frente a perturbaciones como enfermedades y fenómenos meteorológicos extremos; un descenso de las poblaciones, como muestra el IPV global, disminuye la resiliencia y amenaza el funcionamiento del ecosistema. Esto, a su vez, debilita los beneficios que los ecosistemas proporcionan a las personas: desde alimentos, agua limpia y almacenamiento de carbono para un clima estable hasta las contribuciones más amplias que la naturaleza hace a nuestro bienestar cultural, social y espiritual”, refiere el Fondo.
La advertencia del informe es clara: los próximos cinco años serán cruciales para el futuro de la vida en la Tierra. Según el informe, es muy probable que se produzcan varios puntos de inflexión si las tendencias actuales continúan, con consecuencias potencialmente catastróficas como la extinción de la selva amazónica y los arrecifes de coral.
EXTINCIÓN DE LA SELVA AMAZÓNICA Y LOS ARRECIFES DE CORAL
La selva amazónica alberga más del 10 por ciento de la biodiversidad terrestre de la Tierra, almacena entre 250,000 y 300,000 millones de toneladas de carbono y es hogar de más de 47 millones de personas.
A medida que el cambio climático y la deforestación llevan a una reducción de las precipitaciones, se podría alcanzar un punto de inflexión en el que las condiciones ambientales en gran parte del bioma amazónico se vuelvan inadecuadas para los bosques tropicales, lo que desencadenaría un cambio irreversible.
En otro nicho, en el océano, las olas de calor submarinas impulsadas por el cambio climático llevan aguas superficiales más cálidas y causan blanqueamiento coralino a gran escala. En la Gran Barrera de Coral de Australia se han observado eventos de blanqueamiento masivo en los años 1998, 2002, 2016, 2017, 2020, 2022 y 2024.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha mencionado que 70 a 90 por ciento de los arrecifes de coral se extinguirán incluso con un aumento de 1.5 °C de la temperatura global, ¿lo preocupante? Alrededor de 330 millones de personas dependen directamente de los arrecifes para protegerse contra oleajes, como fuentes de alimentos y medio de vida.
SOLUCIONES PARA UN PLANETA HABITABLE
A tenor del WWF, algunas soluciones transformadoras para un planeta habitable y ante la realidad que tenemos menos animales silvestres, son:
CONSERVACIÓN
Los países deben extender, mejorar, conectar y financiar adecuadamente sus sistemas de áreas protegidas, respetando los derechos y necesidades de las personas.
El Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal (GBF, por sus siglas en inglés) pide que se proteja 30 por ciento de las tierras, aguas y mares para 2030, así como restaurar 30 por ciento de las áreas degradadas.
SISTEMA ALIMENTARIO
La producción de alimentos es una de las principales razones del declive de la naturaleza: utiliza 40 por ciento de toda la tierra habitable, es la principal causa de pérdida de hábitat, representa 70 por ciento del uso del agua y es responsable de más de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero.
De modo que algunos planes son: la producción positiva, las dietas nutritivas y saludables, así como reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
SISTEMA ENERGÉTICO
Entre las soluciones destacan: eliminar los combustibles fósiles, apostar por las energías renovables y eficiencia energética, y “avanzar más rápido de manera verde y justa”.
“En los próximos cinco años, necesitamos triplicar la energía renovable, duplicar la eficiencia energética, electrificar del 20 al 40 por ciento de los vehículos ligeros y modernizar las redes eléctricas para una transición energética rápida, verde y justa”, agrega.
SISTEMA FINANCIERO
La solución está en redirigir las finanzas lejos de actividades dañinas y mejor conducirlas hacia modelos y actividades empresariales que contribuyan a los objetivos mundiales sobre naturaleza, clima y desarrollo sostenible.