La inflación en Estados Unidos bajó más de lo esperado en agosto, un dato clave tanto para la Reserva Federal que se apresta a iniciar un ciclo de recorte de tasas de interés, como para la campaña electoral que enfrenta a la vicepresidenta demócrata Kamala Harris y al exmandatario republicano Donald Trump.
El índice de precios al consumo (IPC) cedió a 2,5% en los 12 meses transcurridos a agosto, luego de registrar 2,9% en julio, informó el Departamento del Trabajo. Se trata de la cifra más baja desde febrero de 2021.
La cifra de agosto fue ligeramente inferior al promedio de previsiones de los economistas encuestados por Dow Jones Newswires y The Wall Street Journal.
La tasa de inflación mensual, en tanto, repuntó a 0,2% tras el descenso de junio, en línea con las expectativas.
Junto con la caída de los precios al consumidor, el índice PCE, la medida de inflación más seguida por la Fed, también se ha relajado hacia el objetivo de largo plazo del banco del 2%.
El mercado laboral, por su parte, se ha estancado.
“Estamos pasando la página de la inflación”, celebró la Casa Blanca en un comunicado, luego del debate entre Harris y Trump la noche del martes que comenzó, precisamente, por la economía.
Sin embargo, la inflación subyacente, que no contempla los precios volátiles como alimentos y energía, se mantuvo prácticamente sin cambios, en una tasa anual de 3,2%. En la medición mes a mes, se ubicó por encima de lo previsto en 0,3%, por encima del 0,2% del mes anterior.
La inflación había alcanzado 9,1% en 2022 luego de la reactivación económica tras el Covid y la invasión de Ucrania, una cota inédita desde los años 1980.
La vicepresidenta Kamala Harris prometió durante el debate ayudas a las familias de clase media, y criticó la propuesta de Donald Trump de aumentar aranceles a las importaciones, por su potencial impacto sobre los precios.
Reacción de gobierno y mercados
Para el mercado, los datos de este miércoles son buenas noticias.
Un recorte de tasas por parte del banco central estadounidense (Fed) actuaría para impulsar la demanda en la economía más grande del mundo, al abaratar el crédito.
Eso también le daría al Partido Demócrata algunas elementos positivos para avanzar hacia la recta final de las presidenciales del 5 de noviembre.
Los precios de la energía cayeron 4% con respecto a agosto de 2023, por ejemplo.
Para la Casa Blanca, el reporte del IPC muestra que Estados Unidos está “pasando la página de la inflación”, según la asesora económica del gobierno, Lael Brainard.
Pero “la ruta hacia una inflación normal se encontró con un obstáculo en agosto: volvieron las presiones persistentes sobre los precios de la vivienda y de los servicios”, advirtió Ben Ayers, economista de la aseguradora Nationwide.
“Sin pánico”, resumió por su parte Ian Shepherdson, presidente y economista jefe de Pantheon Macroeconomics.
¿Qué hará la Fed?
En este contexto, los responsables de la política monetaria de la Reserva Federal han desplazado la atención de la inflación al desempleo, para contemplar el doble mandato del banco de mantener a raya los precios y un mercado laboral fuerte, y han señalado que se avecinan recortes de tasas.
Los operadores siguen divididos sobre si la Fed comenzará con un recorte de un cuarto de punto porcentual la próxima semana o avanzará con una rebaja más amplia, de medio punto.
El repunte de la inflación subyacente será un asunto que la Fed tomará en cuenta.
“La cifra (de inflación) en sí, no va a disuadir a la Fed de recortar sus tasas” de referencia la semana próxima, dijo a la AFP Bernard Yaros, economista de Oxford Economics.
Pero podría optar por un descenso más prudente, de un cuarto de punto porcentual. Las tasas se ubican actualmente en 5,25-5,50%.