Honduras dijo el miércoles que pondría fin a un tratado de extradición con Estados Unidos que ha sido utilizado para encarcelar a narcotraficantes, acusando a Washington de entrometerse en las relaciones entre Honduras y Venezuela.
“Es intolerable la injerencia e intervencionismo de Estados Unidos, así como su intención de manejar la política de Honduras a través de su embajada y otros representantes”, dijo la presidenta Xiomara Castro en la plataforma de redes sociales X, diciendo que había ordenado al Ministerio de Relaciones Exteriores terminar el tratado.
“Atacan, desconocen y violan impunemente los principios y prácticas del derecho internacional, que promueven el respeto a la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la paz universal. Basta”, afirmó el dirigente izquierdista.
El gobierno de Castro es un fiel aliado de Venezuela, actualmente bajo presión de Washington y otros países después de la disputada reelección del presidente Nicolás Maduro.
Castro dijo que había pedido al canciller hondureño, Enrique Reina, que “denuncie” el tratado de extradición de su país con Estados Unidos.
Según el derecho internacional, una denuncia es un acto unilateral de una parte que busca poner fin a su participación en un tratado.
Tras el anuncio de Castro, el gobierno envió una nota a la misión diplomática de Washington comunicando su decisión de poner fin al tratado. Reina compartió la carta en las redes sociales.
El acuerdo de extradición es considerado una herramienta clave para desmantelar el “narcoestado” que, según autoridades estadounidenses, se construyó en Honduras cuando Juan Orlando Hernández fue presidente de 2014 a 2022.
Cincuenta hondureños acusados de tráfico de drogas han sido extraditados a Estados Unidos en la última década, incluido Hernández, quien fue sentenciado en junio en Nueva York a 45 años de prisión.
Rasel Tome, vicepresidente del Congreso hondureño, dijo a la AFP que según el derecho internacional, ambos Estados deben sentarse a analizar la decisión de Honduras y que “si están de acuerdo, el acuerdo puede continuar”.
La disputa se produce después de que la embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Dogu, expresara su preocupación por una reunión entre las autoridades hondureñas y el ministro de Defensa de Venezuela, general Vladimir Padrino López, quien está bajo sanciones estadounidenses.
Dogu dijo a los periodistas que le sorprendió ver al ministro de Defensa hondureño, José Manuel Zelaya, y al jefe militar del país sentados junto a un “narcotraficante” en Venezuela.
Reina calificó las declaraciones del embajador como una “amenaza directa a nuestra independencia y soberanía”.
Funcionarios hondureños habían visitado Venezuela para asistir a la competencia deportiva de los Juegos Mundiales Cadetes, señaló.
Honduras fue uno de los pocos países latinoamericanos que felicitó a Maduro por su disputada reelección el 28 de julio.