El gobierno de Nicaragua clausuró este lunes 1.500 oenegés, la mayoría religiosas, según una resolución oficial, en lo que es el mayor cierre de organizaciones ordenado por el presidente Daniel Ortega desde las protestas en su contra de 2018.
Según una decisión del Ministerio del Interior, publicada en el diario oficial La Gaceta, la anulación de la inscripción de esas 1.500 oenegés se debe a que “no reportaron” sus “estados financieros” por “periodos de entre 01 hasta 35 años”, y sus bienes serán incautados por el Estado.
La semana pasada, el gobierno de Nicaragua dictó una polémica normativa que obliga a las oenegés a trabajar únicamente en “alianzas de asociación” con entidades estatales.
La medida fue anunciada un día después de que Venezuela, un aliado de Managua, aprobara una ley sobre oenegés que, según activistas de derechos humanos, “profundizará la persecución” de críticos del presidente Nicolás Maduro en medio de denuncias de fraude en su reelección.
Nicaragua comenzó a endurecer las leyes sobre asociaciones civiles tras las protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega en 2018, que en tres meses dejaron más de 300 muertos, según la ONU.
El gobierno izquierdista de Ortega, que consideró las protestas como un intento de golpe de Estado promovido por Washington, aseguró que algunas oenegés las financiaron. Desde entonces ha clausurado unas 3,600 oenegés, entre ellas la Cruz Roja Nicaragüense y entidades benéficas católicas.