Las personas hospitalizadas por covid-19 continuaron padeciendo efectos cognitivos y psiquiátricos. Los síntomas persistieron de dos a tres años después de la infección, según un nuevo estudio publicado en Lancet Psychiatry.
La investigación destaca la naturaleza persistente y significativa de estos síntomas, así como la aparición de nuevos síntomas años después de que el covid-19 estuviera presente por primera vez. El estudio se practicó en 475 participantes (como parte del estudio PHOSP-COVID) a quienes fueron invitados a completar un conjunto de pruebas cognitivas a través de su computadora y a informar sobre sus síntomas de depresión, ansiedad, fatiga y su percepción subjetiva de problemas de memoria. También se les preguntó si habían cambiado su ocupación y por qué.
Los investigadores encontraron que dos o tres años después de estar infectados con covid-19, los participantes obtuvieron una puntuación en promedio significativamente más baja en las pruebas cognitivas (prueba de atención y memoria) de lo esperado.
El déficit promedio era equivalente a 10 puntos de coeficiente intelectual. Además, una proporción sustancial informó de síntomas graves de depresión (aproximadamente 1 de cada 5 personas), ansiedad (1 de cada 8), fatiga (1 de cada 4) y problemas de memoria subjetivos (1 de cada 4), con estos síntomas empeorando con el tiempo.
TRAS EL COVID-19 LOS EFECTOS PSIQUIÁTRICOS SE PUEDEN PREDECIR SEIS MESES ANTES
Aunque en muchas personas estos síntomas a los 2 o 3 años ya estaban presentes 6 meses después de la infección, algunas personas también experimentaron nuevos síntomas de 2 a 3 años después de su infección que no estaban experimentando antes.
A menudo surgieron nuevos síntomas en personas que ya exhibían otros síntomas seis meses después de la infección. Esto sugiere que los síntomas tempranos pueden ser predictivos de problemas posteriores y más graves, lo que subraya la importancia de la gestión oportuna.
Además, más de uno de cuatro participantes informó que cambió su ocupación y muchos dieron como razón la mala salud. El cambio de ocupación se asoció fuertemente con los déficits cognitivos y no con la depresión o la ansiedad. Esto sugiere que muchas personas que cambiaron de ocupación en los meses y años después del covid-19 lo hicieron porque ya no podían satisfacer las demandas cognitivas de su trabajo en lugar de por falta de energía, interés o confianza.
EL GRADO DE RECUPERACIÓN IMPORTA
El grado de recuperación a los seis meses posteriores al covid-19 es un fuerte determinante de los resultados psiquiátricos y cognitivos a largo plazo. Intervenir temprano para controlar los síntomas podría prevenir el desarrollo de síndromes más complejos y mejorar las trayectorias generales de recuperación.
Los investigadores advierten que, si bien este estudio proporciona información sobre los efectos a largo plazo del covid-19, es esencial seguir investigando para desarrollar intervenciones efectivas. Comprender los mecanismos biológicos que impulsan estos síntomas e identificar estrategias terapéuticas para promover la recuperación cognitiva o prevenir un mayor declive son los próximos pasos cruciales, dicen.
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