A principios de este año, la Unión Europea (UE) adoptó las primeras normas amplias del mundo para gobernar la IA, especialmente sistemas poderosos como ChatGPT de OpenAI, después de negociaciones difíciles y tensas.
Aunque las reglas se propusieron por primera vez en 2021, adquirieron mayor urgencia cuando ChatGPT irrumpió en escena en 2022, mostrando la capacidad similar a la humana de la IA generativa para producir texto elocuente en cuestión de segundos.
Otros ejemplos de IA generativa incluyen Dall-E y Midjourney, que pueden generar imágenes en casi cualquier estilo con una simple entrada en lenguaje cotidiano.
“Con nuestra ley de inteligencia artificial creamos nuevas barreras no solo para proteger a las personas y sus intereses, sino también para ofrecer a las empresas y a los innovadores reglas claras y certeza”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Las empresas tendrán que cumplir en 2026, pero las reglas que cubren modelos de IA como ChatGPT se aplicarán 12 meses después de que la ley entre en vigor.
Seis meses después de que la ley entre en vigor se aplicarán prohibiciones estrictas al uso de inteligencia artificial para la vigilancia predictiva basada en perfiles y en sistemas que utilizan información biométrica para inferir la raza, la religión o la orientación sexual de un individuo.
La ley conocida como “AI Act” adopta un enfoque basado en el riesgo: si un sistema es de alto riesgo, una empresa tiene un conjunto de obligaciones más estrictas que cumplir para proteger los derechos de los ciudadanos.
Cuanto mayor sea el riesgo para la salud o los derechos de los europeos, por ejemplo, mayores serán las exigencias de las empresas a la hora de proteger a los individuos de esos daños.
“El alcance geográfico de la Ley de IA es muy amplio, por lo que las organizaciones con cualquier conexión con la UE en sus negocios o base de clientes necesitarán un programa de gobernanza de IA para identificar y cumplir con sus obligaciones”, dijo Marcus Evans, socio del bufete de abogados Norton Rose Fulbright.
Las empresas que infrinjan las normas sobre prácticas prohibidas u obligaciones de protección de datos se enfrentan a multas de hasta el siete por ciento de sus ingresos anuales mundiales.
En mayo, la UE creó una “Oficina de IA” compuesta por expertos en tecnología, abogados y economistas, en el marco de la nueva ley, para garantizar su cumplimiento.