El candidato republicano a la presidencia estadounidense, Donald Trump, aseguró el jueves que el crimen en Venezuela y El Salvador está cayendo, no por obra de sus gobernantes, sino porque están enviando a los criminales a Estados Unidos.
En un fuerte discurso contra la migración irregular, Trump aseguró ante la Convención Nacional Republicana que en El Salvador -donde el presidente Nayib Bukele libra una guerra contra las pandillas– y en Venezuela, la criminalidad caía “porque están enviando a sus asesinos a los Estados Unidos de América”.
“Hay un país, y me gusta mucho el presidente de dicho país, pero está teniendo gran publicidad porque es un maravilloso pastor de su país; habla de lo bien que le está yendo al país porque la criminalidad ha bajado. Él dice que los entrena a esta gente fuerte, y he leído sobre esto en los últimos dos años y dijimos ‘es maravilloso, veamos de qué se trata’, pero me di cuenta que no los está entrenando, sino que envía a todos estos criminales, traficantes de drogas, personas que están en las cárceles, a Estados Unidos. Él no lo dice y trata de convencer a todos del maravilloso trabajo que hace”, expresó Trump.
Ironizó con realizar una convención republicana en Caracas, sugiriendo que la ciudad era segura porque los criminales ya no estaban allí.
Recordó que en Houston, el asesinato de una adolescente fue imputado a dos migrantes venezolanos.
Trump recordó que durante administración expulsó a los pandilleros de la MS-13 y encontró resistencia en los gobiernos vecinos en recibirlos pese a que los habían enviado en “caravanas”, por lo cual les advirtió que les cortaría la ayuda económica y ese fue la solución. En seguida, según él, le llamaron masivamente para decirle que los recibirían.
Volvió a calificar a la MS como “una de las peores pandillas” del mundo y dijo que ahora hay “millares de millares de ellos” en los Estados Unidos.
Por lo anterior se comprometió a “restaurar las fronteras soberanas” de Estados Unidos desde el primer día en que él regrese a la Casa Blanca.
“Yo terminaré la inmigración ilegal cerrando nuestra frontera y terminaré el muro”, declaró, para detener lo que llamó “una invasión” por la que, según aseguró, “están matando a centenares de miles de personas al año”.
Donald Trump dejó en claro el jueves cuál será su prioridad si vence las presidenciales de Estados Unidos: terminar el muro en su frontera con México e iniciar un gran plan de deportación para los “asesinos” que llegan de Latinoamérica.
Con la oreja aún vendada tras resultar herido en un intento de asesinato, el exgobernante cerró con su discurso la Convención Nacional Republicana en Milwuakee, aceptando formalmente la nominación como candidato presidencial.
Sus primeras palabras fueron un llamado a la unidad, diciendo que gobernaría para todos los estadounidenses y no solo para la mitad, y pidió no criminalizar las diferencias de opiniones.
En un inicio conmovedor, guardó un minuto de silencio en honor a un bombero seguidor suyo, que murió durante el ataque que sufrió el sábado en Pensilvania. Y dijo que “Dios” estuvo de su lado, al evitar que él recibiera un tiro.
Pero luego enfocó toda su artillería en la crisis migratoria que atraviesa el país, con miles de extranjeros llegando de diversas latitudes, en busca de mejores condiciones de vida.
Volvió a su habitual descripción de Estados Unidos como una ruina apocalíptica que necesita ser salvada por él.
Con información de AFP