Con un fuerte discurso centrado en las políticas que prevé implementar en contra de “los asesinos que llegan de Latinoamérica”, Donald Trump cerró la Convención Nacional Republicana en Milwuakee, donde también aceptó la nominación para ser el candidato de ese partido en las elecciones presidenciales que se desarrollarán en noviembre en Estados Unidos.
En ese sentido, el exmandatario estadounidense dejó en claro que si sale vencedor en los próximos comicios una de sus prioridades será terminar el muro en su frontera con México e iniciar un gran plan de deportación para los inmigrantes que cometan actos criminales.
“Pondremos fin a la crisis de inmigración ilegal cerrando nuestra frontera y terminando el muro, la mayor parte del cual ya he construido. La invasión en nuestra frontera sur la vamos a detener y lo haremos rápido. Vienen de todos los rincones del mundo, no solo de Sudamérica, también de África, de Asia y oriente Medio”, enumeró.
En esa línea, opinó que la migración irregular “está perjudicando” a aquellas personas que llegaron “cumpliendo con la ley” y responsabilizó al gobierno del demócrata Joe Biden de “no hacer nada para detener esa invasión”. En ese punto, reiteró la promesa de “lanzar la operación de deportación más grande en la historia del país”.
“Bajo nuestro liderazgo, Estados Unidos será respetado nuevamente. Ninguna nación cuestionará nuestro poder, ningún enemigo dudará de nuestro poder, nuestras fronteras estarán totalmente seguras”, expresó.
Con la oreja todavía vendada como consecuencia del ataque que sufrió el sábado, Trump también hizo un llamado a la unidad y aseguró que gobernará “para todos los estadounidenses y no solo para la mitad, y pidió “no criminalizar las diferencias de opiniones”. En el inicio, pidió un minuto de silencio en honor a un bombero que murió durante el atentado ocurrido en Pensilvania.
Si bien en un momento de su relato se centró en el atentado y dijo que Dios estuvo de su lado, luego se explayó sobre la crisis migratoria que atraviesa el país que le atribuyó a los miles de extranjeros que llegan en busca de mejores condiciones de vida y describió a los EE.UU. como “una ruina apocalíptica que necesita ser salvada” por él.
En esa sintonía, sostuvo que en países como El Salvador y Venezuela el crimen está disminuyendo “no por obra de sus gobernantes, sino porque están enviando a los criminales a Estados Unidos”. Sobre el primer caso, indicó que el presidente Nayib Bukele libra “una guerra contra las pandillas” y, sobre el segundo, remarcó que “está cayendo la criminalidad porque están enviando a sus asesinos a los Estados Unidos de América”.
Por otra parte, Trump volvió a decir que los demócratas hicieron trampa en su derrota ante Biden en las elecciones de 2020 y, con la idea de contrarrestar las acusaciones que lo presentan como un líder autoritario, Trump insistió en que él es el que “salva la democracia” y se refirió a sus investigaciones criminales como “caza de brujas”. En tanto, prometió ampliar la extracción petrolera y poner fin “al enorme gasto de Biden en la lucha contra el cambio climático”, algo que calificó como una “estafa”.
Con información de AFP