Carl Lewis admite que ganar cuatro oros olímpicos consecutivos en el salto largo fue la mayor hazaña de su carrera. Este mito del atletismo, que tiene hoy 63 años, fue un dignísimo heredero de su ídolo Jesse Owens, que obtuvo cuatro títulos en los Juegos de 1936.
En total, Lewis cosechó nueve medallas de oro olímpicas: además de las cuatro del salto largo (1984, 1988, 1992, 1996) sumó dos en los 100 metros y otras dos en los 200 metros (dobletes seguidos en 1984 y 1988) y una en el relevo 4×100 metros (1984).
Es considerado unánimente como una de las leyendas más grandes del atletismo y del deporte, pero él se vanagloria sobre todo de su capacidad para animar los estadios y entusiasmar a los fans.
“Lo que más orgullo me produce” son “los cuatro títulos consecutivos” en el salto largo, contó a principios de mayo a periodistas que le preguntaban sobre ello durante el Mundial de relevos que tuvo lugar en Bahamas, sonriendo ante su longevidad en la élite.
“Cuando estaba en los Juegos de Atlanta en 1996, alguien me dijo que su padre le había llevado a verme a Los Angeles en 1984 y que ahora él estaba llevando a su hijo a verle en Atlanta”, explicó.
Cambiar el atletismo
Seleccionado por el ‘Team USA’ desde 1980, cuando tenía 18 años, Carl Lewis no participó en los Juegos de Moscú, que fueron boicoteados por Estados Unidos.
“Había deportistas de más edad con los que me entrenaba y para los que eran sus últimos Juegos. No entendía su dolor” en aquel momento, admite.
Carl Lewis espera que su legado vaya más allá de las medallas conseguidas y que sirva para transformar el atletismo “a mejor”.
“Mi época es en la que nos hicimos profesionales y donde irrumpió el tema del dopaje”, relata.
“Pero no veo los 100 metros de 1988 como algo negativo”, puntualiza, en referencia a la final olímpica de Seúl. El ganador, Ben Johnson, fue desposeído de su título tras dar positivo y Lewis, inicialmente segundo, ‘ascendió’ al oro unos días más tarde.
“Es uno de los momentos clave de la historia del deporte en lo que se refiere a los controles antidopaje. Yo formaba parte de ello. Lo veo como algo positivo”, concluye.
El precursor en Berlín
Carl Lewis fue comparado desde muy pronto con su compatriota Jesse Owens, que logró cuatro títulos (100-200-salto largo-4×100 metros) en Berlín-1936.
“Lo conocí de niño y me quedé impresionado”, recuerda Lewis, que admite que Owens fue para él fuente de una “gran inspiración”.
“Lo que él consiguió, lo que pasó gracias a él, sobrepasa el atletismo”, estima Lewis. “Tuvo una importancia enorme en mi vida”, admite.
Owens, atleta negro estadounidense que tenía 22 años en 1936, triunfó en los Juegos de Berlín ante un Adolf Hitler furioso, que llegó a abandonar el estadio.
Tuvo un gran recibimiento a su regreso a Estados Unidos pero, en un país todavía con un amplio segregacionismo, no fue recibido por el presidente Franklin D. Roosevelt. Tuvo que esperar a 1975 para recibir honores de invitado a la Casa Blanca.
Para Lewis, la comparación con Owens es un halago, aunque es consciente de que los momentos históricos de cada uno son muy diferentes.
“Comencé a decirme que podía ser el ser humano más rápido del mundo (…) En la época eso representaba dinero, reconocimiento y es todo lo que quería (…) Quería ser una superestrella mundial y trabajé para eso”, cuenta.
“Cada uno vive su época. Estuvo Jesse Owens, estuve yo y ahora están otros. Yo batí a un atleta o a tal otro. Él derrotó a otros, no se puede comparar”, puntualiza.
¿Será posible ver en París-2024 a un atleta llevándose cuatro oros en el deporte rey de los Juegos? Es la aspiración del estadounidense Noah Lyles, vigente campeón mundial de 100, 200 y 4×100 metros. Aspira a repetir esos éxitos en la capital francesa y añadir incluso el de 4×400 metros.
“Es ya bastante duro ganar tres. Es muy, muy difícil de conseguir. Vamos a dejarle concentrarse en eso. Y si tiene el relevo (4×400 metros) además, puede ser magnífico”, sentenció Lewis.