Adoptada como una medida para resguardar a la especie de alta demanda comercial durante su temporada de reproducción, la veda de camarón marino tuvo una duración de seis semanas en El Salvador, pero este fin de semana llega a su fin.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), a través del Centro de Desarrollo de la Pesca y la Acuicultura (Cendepesca) informaron que la medida se mantuvo vigente desde el pasado 2 de mayo como parte de las medidas de ordenación pesquera para proteger el desarrollo sostenible de esta especie de alta demanda en el territorio nacional.
De acuerdo con Cendepesca, “el período de suspensión de la extracción responde a que es la época de mayor reproducción y crecimiento del camarón marino y de los ecosistemas donde habitan, de ahí que la disposición asegure la recuperación y sostenibilidad de la especie, pues en los últimos años se produjo un declive de la producción del camarón marino”
las autoridades explicaron que las restricciones de extracción del producto no afectan el consumo.
“Esto no significa que no se pueda comer. Los comercios están abastecidos con camarón cultivado y puede ser consumido”, afirma una publicación de las autoridades en sus redes sociales.
La veda ayuda a proteger el ciclo reproductivo del camarón marino para que sea sostenible en el tiempo; sin embargo, esto no significa que no se pueda comer. Los comercios están abastecidos y puedes consumirlo. pic.twitter.com/FBYRqszyqf
— Ministerio de Agricultura y Ganadería 🇸🇻 (@AgriculturaSV) June 14, 2024
Con la finalización de la medida, los pescadores pueden retomar sus actividades de pesca con normalidad.
Año con año, el MAG organiza dos vedas. La primera se realiza en mayo para asegurar el período de mayor reproducción; y luego, en octubre, a fin fomentar el crecimiento del camarón marino y de los ecosistemas donde habita.
Según estadísticas del MAG, los pescadores vienen capturando cada vez menos toneladas a raíz de un agotamiento del recurso. Por ejemplo, en los años 60 se contaban con capturas anuales de 2,000 toneladas y para el año 2022 se reportan capturas de 225 toneladas.
Con esta medida también se contribuye a cuidar uno de los pilares económicos de El Salvador, con la generación de más de 35,000 empleos distribuidos entre la pesca industrial y artesanal, la acuicultura de camarones, los maquiladores, comerciantes internos y exportadores.