Estados Unidos redobló este lunes la presión para conseguir una tregua en la Franja de Gaza, escenario de una guerra entre Israel y el movimiento palestino Hamás, enviando a la región al jefe de sula diplomacia para promover el plan de paz del presidente Joe Biden.
En su octava visita a Oriente Medio, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, llegó este lunes a El Cairo para reunirse con el presidente Abdel Fatah al Sisi e impulsar la propuesta de tregua anunciada a finales de mayo por el presidente estadounidense Joe Biden.
Más tarde, Bliken viajará a Israel, donde se reunirá con el primer ministro Benjamin Netanyahu en Jerusalén.
Al mismo tiempo, Washington intenta buscar apoyos al plan de Biden en las Naciones Unidas, reclamando que el Consejo de Seguridad de la ONU vote un texto para respaldarlo. Según fuentes diplomáticas, la votación podría tener lugar este lunes, pero la presidencia surcoreana del Consejo no lo confirmó.
La tercera versión del plan de Biden, consultada por la AFP, contempla en una primera fase un alto el fuego “inmediato y completo”, la liberación de los rehenes tomados por el movimiento islamista palestino Hamás, que serían intercambiados por prisioneros palestinos en Israel; la retirada del ejército israelí de las zonas más pobladas de Gaza y el ingreso de ayuda humanitaria.
Con todo, no está claro que estos esfuerzos por la paz vayan a prosperar, dadas las divisiones abiertas en el gabinete de Netanyahu y el silencio de Hamás.
La visita de Blinken se produce un día después de que el miembro del gabinete de guerra israelí Benny Gantz, un político de centro rival de Netanyahu, dimitiese del gobierno, tras haber exigido, sin éxito, la adopción de un “plan de acción” para la posguerra en Gaza.
En tanto, en el terreno, la guerra no da tregua. Varios testigos dieron cuenta de disparos de helicópteros y bombardeos navales en la Ciudad de Gaza, en el norte de la Franja, y de bombardeos en la localidad de Deir al Balah.
También se registraron combates callejeros en Rafah y en Jan Yunis, en el sur del asediado territorio, donde había cadáveres yaciendo en las calles, afirmó un corresponsal de la AFP.
“Masacre”
Los últimos bombardeos siguen a la operación llevada a cabo por las fuerzas especiales israelíes, el sábado, en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, donde liberaron a cuatro rehenes.
Muchos israelíes lloraron de alegría al enterarse de la liberación. El ejército divulgó imágenes de los rehenes abrazando a sus familiares, y el servicio de prensa del gobierno publicó imágenes de Netanyahu visitándolos en el hospital.
El Ministerio de Salud de Gaza, gobernado por Hamás, afirmó que 274 personas murieron y 698 resultaron heridas en la operación, que calificó como una “masacre” en una zona densamente poblada del territorio palestino. La cifra no pudo ser verificada de manera independiente.
Del lado israelí, un policía murió en la operación.
El ejército dejó un escenario de desolación, según imágenes de AFPTV: vehículos calcinados, edificios destruidos o en ruinas, incendios y escombros humeantes mientras hombres se abrían camino entre los destrozos para apagar las llamas o socorrer a los heridos.
Netanyahu mantiene la mayoría
En principio, la renuncia de Gantz no debería provocar grandes cambios políticos, pues la coalición de gobierno de Netanyahu, conservador, mantiene una mayoría en el Parlamento con el apoyo de las formaciones de extrema derecha y ultraortodoxos.
Y la liberación de los cuatro rehenes es un aliciente para Netanyahu en su estrategia militar.
Por su parte, el ejército estadounidense anunció el domingo que reanudó el lanzamiento de ayuda humanitaria por paracaídas en la Franja de Gaza, cuyos 2,4 millones de habitantes enfrentan el riesgo de una hambruna.
Washington había anunciado la víspera el reinicio de las entregas de ayuda a través de un muelle temporal en el centro de Gaza.
Según el Ministerio de Salud gazatí, al menos 37.124 palestinos, en su mayoría civiles, han muerto desde que estalló la guerra el 7 de octubre. Ese día, comandos de Hamás lanzaron un ataque sin precedentes en territorio israelí, matando a 1.194 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales.
En el ataque, 251 personas fueron tomadas como rehenes, de los cuales 116 continúan en Gaza, incluidos 41 que habrían muerto, según el ejército israelí.
Israel prometió destruir Hamás, que gobierna Gaza desde 2007 y que ha sido calificada como organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.