China desplegó el jueves por la mañana dos días de ejercicios militares “alrededor de la isla de Taiwán” como “fuerte castigo” por “los actos separatistas” en este territorio tras la investidura de un nuevo presidente detestado por Pekín.
Considerado por las autoridades comunistas como un “peligroso separatista”, Lai Ching-te asumió el lunes como presidente con un discurso en el que celebró la democracia de Taiwán e instó a China a “cesar su intimidación política y militar”.
Beijing reivindica su soberanía sobre esta isla gobernada separadamente desde 1949 y bajo democracia plena desde 1996, aunque nunca ha sido parte de la República Popular China.
China nunca ha descartado el uso de la fuerza para tomar su control, denunció sus palabras como una “confesión de independencia”.
Las maniobras, bautizadas Joint Sword-2024A, empezaron el jueves temprano con el despliegue de aeronaves y barcos militares “alrededor de la isla de Taiwán” para poner a prueba sus capacidades de combate, anunció el Ejército Popular de Liberación de China.
Las autoridades taiwanesas respondieron de inmediato y movilizaron sus fuerzas marítimas, aéreas y terrestres para “defender la libertad” ante “acciones y provocaciones irracionales que socavan la paz y la estabilidad regionales”, dijo el Ministerio de Defensa.
En coordinación con el ejército, la Guardia Costera de Taiwán desplegó su flota para “monitorizar los movimientos en las aguas marítimas circundantes” y defender “la soberanía y la seguridad del país con actitud firme”.
Durante la campaña electoral para las presidenciales taiwanesas de enero, China había amenazado con que Lai, entonces vicepresidente saliente, iba a traer “guerra y declive” a la isla.
El martes, las autoridades chinas advirtieron de fuertes consecuencias por el discurso de investidura del nuevo presidente, que prometió continuar reforzando las capacidades defensivas de Taiwán.
“FUERTE CASTIGO”
Los ejercicios, que empezaron a las 07H45 del jueves (23H45 GMT), “se desarrollan en el estrecho de Taiwán, al norte, al sur y al este de la isla de Taiwán”, dijo la agencia oficial de prensa Xinhua.
Según el coronel Li Xi, portavoz del ejército, los ejercicios sirven “un fuerte castigo por los actos separatistas de las fuerzas de la ‘independencia de Taiwán’ y un serio aviso contra la interferencia y la provocación de fuerzas externas”.
Este mismo responsable explicó que “implicarán el patrullaje de barcos y aviones acercándose a zonas alrededor de la isla de Taiwán y operaciones integradas dentro y fuera de la cadena de islas para poner a prueba las capacidades conjuntas de combate real”.
Coincidiendo con el inicio de la operación, un comentarista en la televisión estatal CCTV los definía como “una poderosa acción disciplinaria” contra el separatismo en Taiwán.
El ejército chino desplegó carteles de propaganda alabando su “letalidad en el estrecho” en los que aparecían cohetes, aviones de combate y buques navales junto a un texto simulando manchas de sangre.
También había un póster con cohetes disparados hacia una isla y otro en el que se veían tanques emergiendo del mar. “El arma contra la ‘independencia de Taiwán’ para matar ‘la independencia’ ya está en su lugar”, afirmaron las fuerzas armadas.
Con información de AFP