Donald Trump llegó el martes al tribunal de Manhattan donde prosigue la selección del jurado que determinará su suerte en un juicio histórico, lamentándose de que mientras él está atrapado en un proceso “amañado”, el otro candidato, Joe Biden, está haciendo campaña para las elecciones presidenciales de noviembre.
El candidato republicano, de 77 años, a la elección presidencial del 5 de noviembre, está acusado querer ocultar el pago para comprar el silencio de la exactriz porno Stormy Daniels en la recta final de la campaña electoral de 2016 en la que venció ante la demócrata Hillary Clinton.
“Debería estar ahora mismo en Pensilvania, en Florida, en muchos otros estados – Carolina del Norte, haciendo campaña”, dijo Trump a la prensa al llegar al tribunal, culpando al presidente Joe Biden de orquestarlo todo para impedirle que vuelva a la Casa Blanca.
Tras denunciar que es víctima de una “caza de brujas”, en su plataforma Truth Social, volvió a arremeter contra el juez de origen colombiano Juan Merchan que “me odia” y que le ha prohibido referirse en público a él, a su familia y a los testigos, como su antiguo abogado Michael Cohen, que será uno de los testimonios estrella de la fiscalía en este juicio que puede durar dos meses.
Su defensa ha pedido reiteradamente, sin éxito, que el juez se aparte del caso. El lunes por la noche el magnate aseguró que tiene “un verdadero problema” con el magistrado. “No vamos a tener un juicio justo”, aseguró.
Descartados
La selección del jurado empezó el lunes por la tarde con una tanda de 96 candidatos anónimos de los que más de dos tercios fueron excusados porque alegaron sentirse incapaces de ser imparciales.
Los candidatos potenciales -medio millar según el juez- tienen que responder a un largo cuestionario de una cuarentena de preguntas sobre su trabajo, dónde viven, su situación familiar, si toman medicamentos que pueden afectar su concentración, qué diarios leen o qué redes sociales utilizan, o si se sienten capaces de juzgar con equidad un caso altamente mediatizado y politizado.
El proceso de selección de 12 jurados y hasta seis suplentes puede prolongarse hasta dos semanas, según las previsiones.
Trump está acusado de ocultar un pago de 130.000 dólares a la exactriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio sobre una supuesta relación extramatrimonial que se remonta a 2006 y proteger su campaña electoral de 2016, que finalmente ganó contra la demócrata Hillary Clinton.
El pago en sí no es ilegal. Lo que juzga el Tribunal Superior de Manhattan es que lo disfrazó como “gastos legales” de su empresa familiar Trump Organization, lo que puede acarrearle una condena de hasta cuatro años de cárcel.
El magnate está acusado de 34 falsificaciones de documentos contables de la empresa para camuflar el dinero que habría pagado de su bolsillo el entonces abogado y hombre de confianza, Michael Cohen, que será uno de los testigos claves de la acusación.
Una sentencia de culpabilidad no sería obstáculo para que se presente a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, pero además de impedirle hacer normalmente campaña, sin duda puede afectar sus posibilidades de ganar, pese a que cuenta con una masa de fieles seguidores.
Este es uno de los numerosos frentes abiertos del magnate neoyorquino que amasó su fortuna en el sector inmobiliario y la construcción de campos de golf.
El republicano está también acusado de tratar de revertir los resultados de las presidenciales de 2020 y por el manejo que hizo de documentos clasificados que se llevó a su casa cuando dejó la Casa Blanca.
El juicio de Trump por los cargos de interferencia electoral estaba programado para el 4 de marzo, pero se ha suspendido en espera de que la Corte Suprema examine la afirmación de Trump de que, como expresidente, tiene inmunidad penal, lo que está previsto para el 25 de abril.
Sus abogados intentan por todos los medios retrasar los casos judiciales hasta después de las elecciones de noviembre, cuando, si gana, cabe la posibilidad de que se puedan retirar los cargos federales en su contra.