El Mercado Central de Abastos “Francisco Villa” aprovechó su 50 aniversario para lanzar un mensaje directo: la expansión de las grandes cadenas de autoservicio está provocando una fuga de capital que afecta a la economía local. La dirigencia del mercado advirtió que, mientras los corporativos concentran ganancias fuera del estado, este centro tradicional reinvierte sus recursos en Durango y sostiene empleos y proveedores regionales.
Reynaldo Dozal, vicepresidente del mercado, señaló que el crecimiento urbano y la competencia comercial han acelerado la necesidad de modernizar la infraestructura local. Por ello anunció el arranque de un proyecto de gran escala: un Macromercado que sería hasta diez veces más grande que el actual.
Destacó que la iniciativa busca fortalecer la distribución de alimentos, ampliar la competitividad del comercio local y colocar a Durango como un punto estratégico de abasto regional.
Durante la conmemoración se develó una placa en honor a los fundadores del mercado, entre ellos Arnulfo Ibarra Lerma, José Torrecillas Padilla, Julián García, Teódulo Berumen y Manuel Tamez Rojas, quienes hace cinco décadas impulsaron la creación de un proyecto financiado por el Banco Londres de México a 12 años.
La Central de Abastos fue inaugurada el 15 de noviembre de 1975 con dos bloques iniciales (A y B) en lo que entonces eran las periferias de la ciudad. Hoy, ya absorbida por el crecimiento urbano, se considera un punto central para el movimiento comercial y la generación de empleos en la capital.
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