Cerca de 80,000 personas huyeron de sus hogares en la provincia de Sueida, en el sur de Siria, tras los enfrentamientos que estallaron el fin de semana en la región, informó este viernes 18 de julio la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En un comunicado, la organización precisó que “79,339 personas fueron desplazadas desde el 13 de julio, de las cuales 20,019 solo en la jornada del 17 de julio”, y añadió que “los servicios esenciales en Sueida, como la electricidad y el agua, colapsaron, mientras la escasez de combustible paraliza el transporte y obstaculiza las operaciones de evacuación de emergencia”.
En contexto, Israel ha llevado a cabo ataques contra Siria desde la caída del régimen de Bashar al-Asad en diciembre pasado. Con información de CNN, esta semana se registró una importante escalada cuando Israel afirmó haber atacado Siria en defensa de los drusos, una comunidad étnica y religiosa árabe con prácticas y creencias propias, cuya fe se originó como una rama del islam chiita. Los drusos están divididos en territorios de Líbano, Israel, el Golán ocupado y Siria.
Te puede interesar: Sednaya: ¿cómo es la cárcel de Siria considerada el ‘matadero humano’?
De acuerdo con historiadores, la decisión de Israel de atacar también está relacionada con su oposición al actual gobierno del presidente interino sirio, Ahmad al Sharaa. Si bien el gobierno sirio y los líderes drusos acordaron un alto al fuego el miércoles, la violencia continúa este viernes en Sueida, donde llegaron combatientes sunitas de otras zonas del país para enfrentarse a la minoría drusa.
Cabe destacar que la comunidad drusa de Siria, con una gran concentración en Sueida, contaba con unas 700,000 personas antes de que comenzara en 2011 la guerra civil.
“YA NO QUEDA HUECO EN LA MORGUE, LOS CUERPOS ESTÁN EN LA CALLE”
En otras noticias en torno al tema, los médicos de Sueida piden ayuda desde un hospital “convertido en una fosa común”.
“Esto ya no es un hospital, se ha convertido en una fosa común”, dice Rouba, que forma parte del personal médico del único hospital gubernamental de la ciudad de Sueida.
El centro donde trabaja es el único establecimiento que continúa en esa ciudad. Allí llegaron “más de 400 cuerpos desde el lunes por la mañana, entre ellos, mujeres, niños y personas mayores”, asegura el médico Omar Obeid.
“Ya no queda hueco en la morgue, los cuerpos están en la calle, frente al hospital”, agrega por teléfono el galeno, que preside la sección de Sueida de la Orden de Médicos.
El domingo por la noche estallaron enfrentamientos entre combatientes drusos y tribus beduinas locales, antes de que intervinieran fuerzas del gobierno sirio, para supuestamente poner paz. Los beduinos son grupos minoritarios de cultura especialmente arraigada en el islam suní y tradicionalmente nómadas.

Sin embargo, testigos, grupos de drusos y oenegés acusaron a esas fuerzas, desplegadas el martes en Sueida, de someter a abusos a la población. Dos días, ante las amenazas de Israel, que asegura querer proteger a los drusos, se retiraron de la ciudad.
En los pasillos del hospital, los cuerpos amontonados despiden un fuerte y nauseabundo olor, algunos están tan hinchados que prácticamente son irreconocibles, observó un corresponsal de la agencia de noticias AFP.
El puñado de doctores y otro personal sanitario que sigue trabajando allí están desbordados, pero se esfuerzan en curar a los heridos que van llegando sin cesar. “No hay más que nueve médicos y miembros del personal médico, trabajan sin parar”, lamenta Rouba, que prefiere omitir su apellido.
EN CRISIS, LA CIUDAD DE SUEIDA
Según cuenta, “la situación es muy mala, no tenemos agua, ni electricidad, empiezan a faltarnos los medicamentos. Hay gente que está en su casa desde hace tres días y a la que no podemos atender”, añade.
“Los cuerpos están en las calles y nadie se los puede llevar de allí. Ayer llegaron al hospital cinco autos grandes, llenos de cadáveres”, dice.
Este viernes la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamó a detener “el derramamiento de sangre” y pidió que los enfrentamientos se investiguen de forma “rápida” y “transparente”. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una oenegé radicada en el Reino Unido que tiene una extensa red de informadores en Siria, los combates han causado ya cerca de 600 muertos.
Omar Obeid perdió a tres de sus colegas en esos choques, a uno “lo mataron en su casa, delante de su familia”, y a otro, a quemarropa en su auto cuando acababa de cruzar un retén de las fuerzas de seguridad.
El último, “el cirujano Talaat Amer murió el martes cuando iba camino del hospital, con la bata azul, para cumplir su labor. Le dispararon en la cabeza. Luego llamaron a su esposa y dijeron: ‘Tu marido llevaba un gorro quirúrgico, ahora es rojo'”, relata. N
(Con información de agencias)