En FEMSA y OXXO la inclusión no es opcional. Para una empresa como FEMSA, con presencia en 18 países y más de 388,000 colaboradores, la diversidad es una realidad. En el caso de OXXO México, donde laboran alrededor de 170,000 personas, sería imposible pensar que todas comparten las mismas condiciones de vida, género, edad, habilidades o trayectorias. En otras palabras: la diversidad está ahí y el verdadero desafío no es reconocerla, sino gestionarla.
“Ser una empresa tan grande hace que la diversidad ya esté de forma orgánica”, explica Daniela Ruiz, responsable del área de Inclusión y Diversidad en OXXO México. “Lo importante es cómo logramos que esas más de 170,000 personas se sientan incluidas, bienvenidas y respetadas”.
Con ese objetivo existe una estrategia estructurada que se despliega desde el área JEDI (Justicia, Equidad, Diversidad e Inclusión) de FEMSA. Para Ruiz, el trabajo tiene tres pilares clave que permiten pasar del discurso a la acción.
INCLUSIÓN REAL
El primer eje, afirma Daniela Ruiz, consiste en hacer de la inclusión una parte de la cultura organizacional. “Queremos que el comportamiento inclusivo no sea una instrucción o un curso obligatorio, sino algo que se viva en lo cotidiano, en la forma en la que hablamos, en la manera en que contratamos, en cómo tratamos a los clientes”, señala.
El segundo punto es que el proceso completo de la experiencia laboral sea verdaderamente inclusivo. Esto implica capacitar a quienes contratan, ajustar protocolos y diseñar una experiencia sin barreras. “Queremos que desde el primer cartel que veas para aplicar a una vacante, hasta el momento en que te retires, vivas una experiencia que te respete y te valore”.
El tercero es el compromiso con la sociedad: hacer de las tiendas OXXO espacios seguros no solo para empleados, sino también para los clientes. “La inclusión no termina en la oficina o en la tienda. También queremos que nuestros clientes sientan que pueden entrar a cualquier tienda OXXO y sentirse seguros de ser quienes son”, detalla.

GRUPOS PRIORITARIOS
En cuanto a los grupos de atención prioritaria, OXXO ha concentrado sus esfuerzos en personas adultas mayores, personas con discapacidad y personas en movilidad (migrantes, refugiados y recientemente repatriados), así como en la equidad de género. Y en todos los casos el enfoque ha sido ir más allá de la contratación y promover oportunidades reales de crecimiento.
En materia de equidad de género, por ejemplo, FEMSA se ha fijado como meta llegar al 40 por ciento de representación femenina en puestos de liderazgo. “OXXO México ya está cerca del 35 por ciento”, explica Ruiz. “Esto se ha logrado gracias a un modelo meritocrático que gestiona y elimina las barreras en el interior de la organización, que acompaña y desarrolla talento femenino desde su ingreso”.
Actualmente hay más de 3,400 colaboradores adultos mayores de 60 años trabajando en tiendas OXXO. “Creamos procesos específicos para que comprendan los pasos legales, los requisitos ante el IMSS, y puedan reincorporarse al mundo laboral con confianza”, explica.
Uno de los programas más robustos es Cruzando Fronteras, diseñado para integrar a personas migrantes y refugiadas. “Los recibimos en Tapachula, Chiapas, los apoyamos con sus trámites, les pagamos el vuelo y un mes de hospedaje en Monterrey. Ya suman 750 personas contratadas, y queremos cerrar 2025 con al menos mil”, señala Ruiz con orgullo.
Mientras tanto, actualmente hay 821 colaboradores con discapacidades motrices, auditivas, visuales o cognitivas. “Lo que más nos enorgullece es que no solo los contratamos, sino que muchos ya han sido promovidos y se han convertido en referentes dentro de sus equipos”.
HISTORIAS QUE TRANSFORMAN
Detrás de los números hay historias. Ruiz comparte algunas de ellas. Una es la de Charlie, un colaborador en Guadalajara con discapacidad motriz que no tiene extremidades inferiores. “Cuando lo conocí, mi primer impulso fue preguntarle qué necesitaba. Y él me pidió que le ayudáramos a poner una película en la ventana para que no se derritieran los chocolates en el mostrador. Me sorprendió profundamente que estuviera más preocupado por la tienda que por solicitar un apoyo para él”, relata.
Otro caso es el de Yoli, también en Guadalajara, quien usa silla de ruedas. Ingresó como ayudante de tienda, fue promovida a encargada y hoy es líder. “Gracias a su trabajo compró una moto eléctrica para transportarse. Tiene una silla de ruedas en su casa y otra en la tienda. Es un ejemplo de vida independiente y de superación”, comenta Ruiz.
Para sostener esta transformación, OXXO ha creado un modelo de gobernanza con tres niveles de comités. Uno estratégico, con líderes directivos; comisiones multidisciplinarias llamados “AliadOXXOs”, quienes desarrollan iniciativas para asegurar la inclusión en nuestros grupos de interés y comités operativos, quienes se aseguran de que en el día a día las necesidades de las personas estén atendidas en las tiendas.
Además, cada año se lleva a cabo una formación intensiva para equipos de reclutamiento. En 2025, por ejemplo, se recapacitó a más de 600 reclutadores, enfocándose no solo en los aspectos técnicos del proceso, sino también en cómo comunicarse adecuadamente, usar lenguaje inclusivo y eliminar prejuicios.
“Tenemos más de 23,000 tiendas. Eso implica que más de 23,000 líderes están influyendo en la cultura. Por eso es crucial que entiendan que la inclusión no es opcional, es parte de nuestro ADN”, dice Ruiz.
MISIÓN CLARA
Rodrigo Buenrostro, jefe del área JEDI en FEMSA, agrega: “Nuestro objetivo es construir comunidades de pertenencia, dentro y fuera de la empresa. Hacer lo correcto está en el centro de nuestra misión. Lo hacemos porque creemos en ello, y está por encima de los beneficios que esta estrategia aporta al negocio”.
El reto, sin embargo, está lejos de haber terminado. La empresa reconoce que aún hay muchas diversidades invisibilizadas. “Lo ideal sería que ya no necesitáramos un área de inclusión, porque esto significaría que nuestro trabajo está hecho”, reflexiona Ruiz. “Pero mientras tanto, seguiremos desafiando sesgos y abriendo puertas”.
Buenrostro lo resume con claridad: “La sociedad evoluciona tan rápido como las empresas. Existen muchas identidades que todavía no tenemos mapeadas. Lo importante es mantenerse con apertura, escuchar, y adaptarse para no dejar a nadie fuera”. N