En un giro inesperado que ha capturado la atención de los medios, Jessica Brösche, una tatuadora alemana de Berlín, ha estado detenida durante más de un mes en un centro de inmigración en San Diego. Brösche intentó ingresar a Estados Unidos desde México en enero, acompañada de su amiga estadounidense, Nikita Lofving, cuando las autoridades de inmigración la detuvieron en el puerto de entrada de San Ysidro.
La situación se tornó crítica cuando Lofving, quien se encontraba a su lado, presenció el momento en que Brösche fue llevada por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). “Pasaron dos horas, y entonces me llamó para decirme que la iban a deportar a Alemania”, relató Lofving. Desde entonces, Brösche ha permanecido en el centro de detención de Otay Mesa, dónde ha descrito su experiencia como “horrible”, incluyendo un confinamiento solitario.
Tenía intención de trabajar en un proyecto artístico
El ICE ha indicado que la razón de su detención se debe a una supuesta violación de los términos de su admisión. Lofving sugiere que el malentendido podría haber surgido de la naturaleza de su viaje, donde Brösche tenía la intención de trabajar en un proyecto artístico a cambio de ropa diseñada por Lofving, algo que podría haber sido malinterpretado como un trabajo remunerado.
A pesar de los esfuerzos de amigos y familiares por garantizar el regreso de Brösche a Alemania, la incertidumbre persiste. La situación ha generado inquietud, no solo entre quienes conocen a Brösche, sino también en círculos legales, donde se considera su caso como excepcionalmente raro. Jeff Joseph, presidente electo de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración, ha subrayado lo inusual de una detención tan prolongada bajo el Programa de Exención de Visado, que debería permitir un retorno inmediato a su país.
Mientras el consulado alemán en Los Ángeles mantiene contacto con las autoridades estadounidenses, la desesperación de Brösche por regresar a casa se hace palpable. “Solo quiero volver a casa, estoy realmente desesperada”, afirmó desde su celda.
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La comunidad y sus seres queridos esperan que su situación se resuelva pronto, pero la burocracia de inmigración sigue siendo un obstáculo formidable.
