Consumado el fracaso de Alberto Núñez Feijóo, el socialista Pedro Sánchez arranca ahora una compleja carrera contra reloj para tratar de ser investido como presidente de España por el Parlamento español, aunque para lograrlo deberá conseguir el apoyo de los independentistas catalanes, que no dejan de incrementar sus exigencias.
Como estaba previsto, el líder del Partido Popular (PP, derecha), Alberto Núñez Feijóo, no logró los apoyos suficientes para ser investido presidente del gobierno, pese a haber sido el candidato más votado en las elecciones legislativas del 23 de julio, aunque sin una mayoría viable.
Después de un primer revés el miércoles, el conservador perdió este viernes 29 de septiembre una segunda votación en la que una mayoría simple también le hubiera valido. Con 172 votos favorables de 350 —los del PP, la extrema derecha y dos pequeños partidos—, su candidatura fue rechazada por otros 177 diputados del Partido Socialista, la extrema izquierda y formaciones regionalistas.
Un voto tuvo que contabilizarse como nulo. Esto porque un diputado que no iba a apoyar Feijóo votó por error a su favor, antes de retractarse. Con Feijóo derrotado, el presidente del gobierno saliente, Pedro Sánchez, debería recibir próximamente el encargo del rey Felipe VI para intentarlo.
Antes, el monarca realizará el lunes y martes otra ronda de consultas con los representantes de los partidos políticos, según anunció el viernes la Casa Real.
“Llámenlo fracaso si quieren, pero ya no hay posibilidad de triunfo para ningún candidato, aunque logre la presidencia, porque no existe ningún éxito posible en el engaño”, agregó Feijóo este viernes desde la tribuna del Congreso al reconocer que no iba a lograr articular una mayoría suficiente.
PEDRO SÁNCHEZ LLEVA COMO PRESIDENTE DE ESPAÑA CINCO AÑOS
En caso de que el socialista no consiga articular una mayoría antes del 27 de noviembre, se convocarían automáticamente elecciones para mediados de enero.
En el poder, desde hace cinco años como presidente de España, Pedro Sánchez volvió a mostrar su confianza este jueves en que conseguirá articular una mayoría. España “se apresta a repetir ese gobierno de coalición progresista dentro de poco tiempo”, aseguró en Madrid frente a socialistas europeos.
Sin embargo, a pesar de su optimismo, las negociaciones se anuncian cada vez más delicadas. Con el apoyo de la extrema izquierda, con quien gobierna desde 2020, y de los separatistas vascos, Sánchez necesita los votos indispensables del partido independentista catalán de Carles Puigdemont, Junts per Catalunya. Este se opuso sistemáticamente a su gobierno en los últimos años.
A comienzos de septiembre, el líder de la tentativa de secesión de 2017 exigió desde Bélgica, donde se instaló para huir de la justicia española, la amnistía de los separatistas con causas judiciales. Lo anterior, por su participación en la fallida independencia, a cambio del apoyo de su formación.
Pero estos últimos días, Junts e Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), el otro gran partido independentista, subieron aún más el listón. Exigieron que se abran negociaciones para celebrar un referéndum de autodeterminación.
“NO DEN APOYO A UNA INVESTIDURA DE UN FUTURO GOBIERNO DE ESPAÑA QUE NO SE COMPROMETA A TRABAJAR”
En una resolución adoptada el viernes en el Parlamento regional, los dos partidos instaron a las formaciones catalanas con representación en el Parlamento español a que “no den apoyo a una investidura de un futuro Gobierno español que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración del referéndum”.
El gobierno catalán que entonces presidía Puigdemont organizó el 1 de octubre de 2017 un referéndum de autodeterminación, a pesar de la prohibición de la justicia. Al escrutinio le siguió poco después una declaración unilateral de independencia, que provocó la peor crisis política en España en décadas.
El gobierno central, entonces presidido por el PP, destituyó al ejecutivo regional y suspendió la autonomía de esta rica región de 7.8 millones de habitantes. Los líderes independentistas huyeron entonces al extranjero, como Puigdemont, o fueron encarcelados.
A pesar del desacuerdo mostrado por algunos barones y una parte de su electorado, los socialistas parecían dispuestos a encontrar una fórmula para la amnistía. Pero la organización de un referéndum es una línea roja, según subrayaron.
“No, por ahí no hay camino. Nunca lo ha habido y no lo hay. Y si se ha de volver a ir a elecciones, pues iremos a elecciones y que la ciudadanía elija. Pero el camino de la división y la ruptura es un camino sin recorrido”, indicó el viernes el líder de los socialistas catalanes, Salvador Illa, muy próximo a Pedro Sánchez, en la radio Cadena Ser.
NÚÑEZ FEIJÓ ES DISCRETO SOBRE SU VIDA
Nacido el 10 de septiembre de 1961 en la aldea de Os Peares, Feijóo, quien fracasó para ser investido como presidente de España, es hijo de un albañil y de una dependienta de una tienda de alimentos.
Cursó Derecho en la Universidad en Santiago de Compostela, con la vista puesta en ser juez. Sin embargo, cuando su padre se quedó sin trabajo se hizo funcionario público en 1985. Sus primeros pasos en política los dio en 1991 en el gobierno regional de Galicia, junto a un futuro ministro de Sanidad que lo llevó con él a Madrid en 1996.
En la capital, dirigió varias instituciones públicas antes de regresar a su tierra en 2003 como director regional de Obras Públicas. Tres años después, asumió la presidencia del PP regional y en 2009 se convirtió en presidente de Galicia, cargo que ostentó durante 13 años.
Con un estilo que la revista femenina Yo Dona del diario El Mundo describió como “más bien austero”, Feijóo es muy discreto sobre su vida privada. Eso no le impidió confesar a la publicación ser muy feliz por convertirse en padre a sus 55 años, “en el último minuto del partido”. A veces se le puede ver por las calles de Madrid con su pareja Eva Cárdenas, su hijo Alberto y su perra Cata. N
(Con información de AFP)