En Estados Unidos, artistas indignados con la inteligencia artificial generativa (IAG), que copia en segundos los estilos que a ellos les llevó años desarrollar, libran una batalla en internet y en los tribunales en defensa de los derechos de autor.
La IAG, que sin intervención humana crea contenido nuevo a partir de la recopilación de información existente, es capaz de dibujar un perro como lo haría la dibujante Sarah Andersen, o una ninfa como lo haría la ilustradora Karla Ortiz. Las nuevas obras se hacen sin el consentimiento, el crédito o la compensación de su autor: las tres “C” en el centro de la lucha contra esta apropiación.
ARTISTAS INTERPONEN DEMANDA COLECTIVA CONTRA LA IA
En enero, artistas como Andersen y Ortiz presentaron ante una corte federal estadounidense una demanda colectiva contra las empresas detrás de DreamUp, Midjourney y Stable Diffusion, tres herramientas de IAG para crear arte a partir de miles de millones de imágenes tomadas de internet.
Andersen dijo a la AFP que se sintió “íntimamente agraviada” la primera vez que vio un dibujo creado por IAG en el estilo de su cómic “Fangs”. Su reacción de indignación en Twitter se viralizó y otros artistas se le acercaron con casos smilares. Quienes apoyan la demanda esperan fijar un precedente contra los generadores de IA artísticos.
Los artistas quieren poder aceptar o rechazar que sus obras sean utilizadas por una de estas herramientas. También quieren una compensación adecuada. Se podría idear un “sistema de licencias”, señaló Ortiz, pero advirtió que debe ser justo. No se trata “de recibir centavos mientras la empresa se embolsa millones”, insistió esta ilustradora que ha trabajado entre otros para Marvel Studios.
“LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL GANÓ; LOS HUMANOS PERDIERON”
En las redes sociales, los artistas comparten historias de cómo la IAG les ha hecho perder trabajos. La demanda señala que un diseñador de videojuegos llamado Jason Allen ganó el año pasado una competencia de la Feria Estatal de Colorado con arte creado con Midjourney. “El arte está muerto, amigo. Se acabó. La inteligencia artificial ganó. Los humanos perdieron”, dijo Allen al New York Times.
El Museo Mauritshuis de La Haya generó controversia al exhibir una imagen creada con IAG inspirada en “La joven de la perla” de Vermeer. Y el Ballet de San Francisco fue cuestionado por utilizar Midjourney para su campaña de promoción de “El cascanueces”. “Es fácil y barato, por lo que incluso las instituciones no dudan (en usarlo), aunque no sea ético”, dijo Andersen. N