El Chapo Guzmán está ahí, sentado frente a ustedes, algo que buscó evitar toda su vida, dijo el miércoles una fiscal estadounidense al jurado de Nueva York que decidirá su suerte.
“No lo dejen escapar de su responsabilidad. Háganlo responsable de sus crímenes. ¡Hállenlo culpable de todos los cargos!”.
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Lenta y minuciosamente, durante más de seis horas la fiscal Andrea Goldbarg resumió ante el jurado casi tres meses de juicio en la corte federal de Brooklyn contra el capo más famoso del mundo desde la muerte de Pablo Escobar, el mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán, exjefe del cartel de Sinaloa.
En sus alegatos finales, la fiscal describió cada uno de los 10 delitos de narcotráfico, lavado de dinero y posesión de armas de los que es acusado el Chapo, y fue atando cabos sueltos entre los relatos de más de medio centenar de testigos y cientos de documentos, grabaciones o videos presentados como pruebas.
Volvió a difundir varias de sus llamadas telefónicas y mensajes de texto, y el jurado escuchó nuevamente su voz discutiendo sus negocios de droga o sobornos a funcionarios mexicanos.
El Chapo, famoso pos sus dos espectaculares fugas de prisiones mexicanas y por tener un laberinto de túneles bajo sus casas en Culiacán, siempre tenía un escape preparado, recordó Goldbarg, de origen argentino.
“¿Por qué escapaba? Porque sabía que era culpable”, afirmó. “Porque quería evitar que lo mandaran a Estados Unidos (…) ¡Porque quería evitar estar sentado ahí, frente a ustedes!”.
– “Una avalancha de evidencia” –
Según la acusación, las grabaciones y mensajes confirman lo contado por sus exsocios que decidieron traicionarlo para obtener una sentencia reducida.
“Hemos presentado una avalancha de evidencia” que demuestra que el Chapo es culpable de traficar cientos de toneladas de droga a Estados Unidos, afirmó Goldbarg.
Mientras hablaba, cientos de fotos del Chapo y sus socios, videos, mapas y mensajes de texto se sucedieron en una gran pantalla en el tribunal, en una suerte de avalancha visual de la evidencia contra el mítico capo mexicano acumulada por la fiscalía durante más de una década.
Pero mientras Goldbarg exponía su caso, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que terminó la lucha militar antidrogas y que perseguir a los capos no es la prioridad de su gobierno.
“No hay guerra, oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz, vamos a conseguir la paz”, dijo López Obrador, interrogado por la prensa si desde el inicio de su gobierno han detenido a algún jefe del narcotráfico.
“No se han detenido a capos, porque no es esa nuestra función principal”, añadió, y dijo que la prioridad es “disminuir el número de homicidios diarios”.
– Armas y drogas en la corte –
A un par de metros del jurado, la acusación instaló asimismo un chaleco antibalas, un par de rifles, incluido un AK-47, municiones y varios ladrillos de cocaína que estaban destinados al acusado y fueron incautados.
“Han visto la evidencia: drogas, armas, informes contables, cartas. Todo esto prueba que el acusado es culpable de todos los cargos más allá de toda duda razonable”, dijo la fiscal al jurado.
El Chapo, vestido de traje oscuro, se mostró atento como durante todo el proceso, tomó notas y en un par de momentos hasta sonrió relajado.
Como cada día, cruzó un saludo y miradas con su joven esposa, Emma Coronel, de 29 años, sentada entre el público.
Joaquín “Chapo” Guzmán, de 61 años, fue extraditado a Estados Unidos hace dos años, tras dos fugas espectaculares de prisiones mexicanas.
Si es hallado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.
Inicialmente, el Chapo fue acusado de 17 delitos, pero los cargos fueron reducidos luego a 11 y finalmente a 10, con casi 30 violaciones.
El gobierno estadounidense calcula que entre 1989 y 2014 el Chapo y su cartel facturaron 14.000 millones de dólares enviando cocaína, metanfetaminas, heroína y marihuana a Estados Unidos.
La fiscal comenzó su alegato final recordando una escena macabra contada por un exsicario del Chapo, Isaías “Memín” Valdez: el acusado disparando contra dos narcos rivales de Los Zetas tras golpearlos hasta que quedaron como “muñecas de trapo” y ordenando que los echen a una hoguera en las montañas de Sinaloa.
No solo ordenaba torturas y asesinatos, sino que él mismo “no tenía miedo de ensuciarse las manos” y “personalmente asesinó” a narcos rivales, dijo Goldbarg.
El juez quiso despachar a un jurado suplente cuyo jefe quiere despedirlo si no regresa al trabajo.
Pero el jurado dijo que prefería seguir en el proceso hasta el final que regresar, aunque eso implique quedarse desempleado.
Este jueves la defensa presentará sus alegatos finales. El jurado podría comenzar a deliberar desde este viernes.
(Con información de AFP).