La pobreza, la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos y el incremento de los precios de los productos de la canasta alimentaria han llevado a los integrantes de miles de familias de Jalisco a dormir sin haber comido o a comer menos de lo que deberían
La prevalencia del hambre
Cuando los jaliscienses dan un vistazo a cómo han cambiado los precios de los productos que frecuentemente compran, resulta evidente que las remuneraciones por su trabajo alcanzan cada vez para menos.
Esta situación tiene grandes repercusiones sociales en todo el país, Jalisco no es una excepción. Si lo que se puede comprar con el producto de nuestro trabajo no es suficiente para satisfacer nuestras necesidades básicas, estamos frente a una condición de pobreza por ingresos, que, en nuestro estado, forma parte del día a día de miles de familias.
A pesar de que en promedio el nivel de ingresos laborales de la población de Jalisco es uno de los más altos del país, más del 25% de los trabajadores tiene ingresos por debajo de la canasta alimentaria, es decir: lo que ganan no es suficiente para adquirir ni lo más elemental para su subsistencia.
VIVIR CON HAMBRE
En nuestro estado, miles de familias viven con dificultades para alimentarse por falta de dinero
- En 17% de los hogares donde viven niños, alguno de ellos tuvo poca variedad en su alimentación
- En 12%, algún niño comió menos de lo que tenían que comer
- En 6%, algún niño o niña se acostó con hambre
- En 6%, algún niño o niña sintió hambre, pero no comió
Asimismo, en 17% de los hogares jaliscienses (de un total de 2 millones), algún adulto comió menos de lo que debería de comer; en 8%, comió sólo una vez al día o dejó de comer todo un día; y en 10%, sintió hambre, pero no comió.
Sin importar cuánto ganan por su trabajo los jalisicienses, sus ingresos son insuficientes para cubrir sus necesidades alimentarias
Cuando trabajar no es suficiente
Uno de los elementos medulares para medir la pobreza en México es el ingreso, ya que su capacidad para adquirir los bienes y servicios que conforman la canasta alimentaria determina qué proporción de la población se encuentra por debajo de las líneas de bienestar y de bienestar mínimo, es decir, determina la pobreza por ingresos.
Cuando lo que se gana por el trabajo no alcanza para alimentar a todos los miembros del hogar, sus integrantes se ven obligados a buscar otras fuentes de ingresos, por ejemplo, de las remesas, de los programas sociales, de las transferencias gubernamentales, entre otros.
De acuerdo con el Inegi, en Jalisco, cerca de 750 mil hogares recibían ingresos diferentes al trabajo, de estos: 53.1% tenía ingresos provenientes de programas de gobierno; 20.5%, de alguna persona externa al hogar pero que vive en México; y 20.4%, de alguien que vive en el extranjero.
La pobreza detrás del hambre
Por otro lado, lo que puede comprar una persona con lo que gana por su trabajo depende de qué tanto varían los precios a través del tiempo.
Al segundo trimestre de 2018, los trabajadores jaliscienses ganaron en promedio 2,850 pesos (ingresos per cápita). Tomando en cuenta la inflación, esta cifra es equivalente a lo que se podía comprar con 1,866 pesos en 2009. A nivel nacional, este ingreso per cápita fue de 2,389 pesos, el cual, comparado con los precios de 2010, ascendió a 1,759 pesos.
Los trabajadores jaliscienses ganan en promedio 2,850 pesos
(ingresos per cápita)
Si se compara con el trimestre anterior (enero-marzo de 2018), el ingreso per cápita de los jaliscienses disminuyó 3%, lo cual equivale al incremento del ingreso realizado durante el mismo periodo del año pasado.
En julio de 2006 cuando el ingreso per cápita laboral alcanzó su máximo poder adquisitivo, un trabajador podía comprar lo equivalente a 2,093 pesos del 2018, es decir, 398 pesos más que lo registrado en julio de este año, por lo que, en términos reales, el aumento del salario en el estado no ha logrado generar mayor poder adquisitivo en sus habitantes.
Desde el cuarto trimestre de 2010, el poder adquisitivo en Jalisco comenzó a ir en aumento, lo que rompió con la tendencia a la baja que había mantenido desde el segundo trimestre de 2008 como resultado de la crisis financiera de ese año en el mundo.
Inflación grande, ingresos pequeños
Si tomamos en cuenta únicamente el incremento de precios de los productos que conforman la canasta alimentaria, la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos laborales se agudiza.
Hasta antes del cuarto trimestre de 2011, un trabajador jalisciense tenía mayor posibilidad de comprar los productos de la canasta básica con su ingreso que los que conforman el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC)[1].
A partir de ese periodo y hasta el tercer trimestre de 2012, la capacidad de compra de los trabajadores de la entidad fue similar para los productos de la canasta básica que para los del INPC.
Ahora bien, dado que desde inicios de 2012 los precios de los productos que conforman la canasta alimentaria incrementaron más que del INPC, el ingreso de un trabajador perdió capacidad de compra para adquirirlos.
La diferencia que se generó a partir de entonces entre el poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores para comprar la canasta alimentaria y los bienes y servicios del INPC ha crecido durante los últimos seis años.
La mayor amplitud fue de 243 pesos y se alcanzó durante el tercer trimestre de 2017. A mediados de este 2018, esta diferencia fue de 182 pesos.
Si bien en Jalisco el ingreso promedio de los trabajadores es más alto que el registrado a nivel nacional, la distancia entre la capacidad que tiene un trabajador para adquirir los productos de la canasta alimentaria y la que tiene para comprar los bienes y servicios que conforman el INCP fue más alta en el estado que a nivel nacional, ya que esta diferencia fue de 183 pesos durante el segundo trimestre de 2018.
Ni para comer…
El Coneval elabora el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), a partir de cual se calcula la proporción de personas que no pueden adquirir la canasta alimentaria con los ingresos de su trabajo.
El 22.6% de la población del estado tiene ingresos laborales insuficientes para cubrir el costo de la canasta alimentaria
De 2017 a 2018 el ITLP de Nuevo León aumentó levemente en un 1 por ciento, lo que significó que la proporción de personas cuyos ingresos laborales no son suficientes para al cubrir el costo de la canasta alimentaria se redujo 5.8 por ciento. La población del estado que se encuentra en esta condición fue de 24.9% en el segundo trimestre de 2018.
LOS QUE SE QUEDAN SIN COMER
Mientras que en 2005 el porcentaje de personas cuyos ingresos laborales no les alcanzan para adquirir la canasta alimentaria fue de 28%, para 2012 llegó a su punto máximo de 32 por ciento. Pese a que para 2016 este porcentaje se había reducido a 22.7%, debido a la inflación (principalmente motivada por la liberación de los precios de las gasolinas), para el tercer trimestre de 2017 repuntó hasta llegar a 25 por ciento. Desde 2010 hasta ahora la cifra ha oscilado entre 24 y 25 por ciento.
A pesar de que en Jalisco los ingresos laborales han incrementado y la proporción de la población con ingresos insuficientes al costo de la canasta alimentaria disminuyó durante este año, esto no ha sido suficiente para mitigar las carencias alimentarias que enfrenta una parte importante de la población.
[1] El INPC recoge la variación de los precios de una serie de productos que conforman el patrón de consumo de las familias mexicanas (incluye los productos de la canasta alimentaria y algunos bienes y servicios como el calzado, vivienda, salud). Estos productos pueden cambiar con el tiempo.