Italia celebraba este sábado un funeral de Estado por las víctimas del derrumbe del puente de Génova, en presencia de dirigentes políticos pero boicoteado por la mitad de las familias de los 38 muertos confirmados, mientras los rescatistas anunciaron el hallazgo de nuevos cuerpos entre los escombros.
Durante la noche, los socorristas italianos encontraron más cuerpos en un coche aplastado bajo un bloque de hormigón, anunciaron los servicios de protección civil. Según la prensa italiana se trataría de un matrimonio y una niña de 9 años que viajaban en uno de los automóviles que cayeron al vacío.
La ceremonia católica empezó a las 11:30 de la mañana hora de Italia, en el parque de exposiciones de Génova, en presencia de los más altos responsables de Estado y miles de habitantes. No obstante, la mitad de las familias de las víctimas optó por funerales privados para despedir a los suyos tras acusar a las autoridades estatales de tener responsabilidad en la catástrofe.
El gobierno decretó duelo nacional para este sábado, por lo cual las banderas de los edificios públicos están a media asta y por la noche los monumentos nacionales -entre ellos los emblemáticos Coliseo, Fontana de Trevi y plaza del Capitolio de Roma- apagarán las luces.
La liga de fútbol italiana, que celebra este sábado su primera jornada del campeonato 2018/19, suspendió los partidos que debían disputar los dos equipos de Génova: el Sampdoria y el Genoa. En todos los estadios se guardará un minuto de silencio y los jugadores llevarán un brazalete negro en señal de luto.
Los servicios de rescate siguen buscando a desaparecidos entre los escombros del puente Morandi cuatro días después de la catástrofe, que hizo que vehículos y camiones se precipitaran al vacío.
Antes del anuncio del hallazgo de nuevos cuerpos, el balance oficial provisional del drama del puente Morandi era de 38 muertos, 10 heridos hospitalizados, seis de ellos en estado grave, y cinco desaparecidos.
En una inmensa sala de Génova transformada en capilla ardiente se alineaban la mañana de este sábado 18 féretros, incluido uno blanco de un niño, cubiertos de flores o con una foto o el nombre del fallecido.
Asistieron a la ceremonia el presidente italiano Sergio Mattarella, los presidentes de las dos cámaras del Parlamento, el jefe de gobierno y la mayoría de los ministros y delegaciones extranjeras. También la directiva de Austostrade per l’italia, la sociedad gestora de la autopista.
“No conozco a ninguna de las víctimas, pero he querido venir de todas formas. No tendría que haber sucedido”, dijo a la AFP Claudio Castellaro, un genovés de 73 años, que esperaba a que se abrieran las puertas.
El arzobispo de Génova, Angelo Bagnasco, quien oficiará la misa, retransmitida en una pantalla gigante, expresó “todo su respeto por quienes no quisieron unos funerales de Estado”.
“Mi hijo fue asesinado”, repitió el viernes Roberto, el padre de uno de los cuatro jóvenes de Torre del Greco, una comuna de Nápoles, fallecidos cuando iban camino de sus vacaciones.
“Uno no debe morir por negligencia, por dejadez, por irresponsabilidad, por superficialidad, por burocracia”, insistió el arzobispo de Nápoles, el cardenal Crescenzio Sepe, en la homilía del viernes dedicada a estos cuatro jóvenes en su ciudad de origen.
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– Revocación –
El gobierno anunció el viernes que había puesto en marcha el procedimiento de revocación de la concesión de la firma Autostrade en el tramo donde se halla el puente derrumbado.
Respecto a la información según la cual la empresa concesionaria estaría dispuesta a reconstruir el puente asumiendo el costo, el jefe del gobierno, Giuseppe Conte dijo que el Ejecutivo evaluará la propuesta si se hace formal.
Conte prevé también controlar estrictamente en el futuro las inversiones de las concesionarias de autopistas, que “deberán entender que la infraestructura no es una renta financiera, sino un bien público”.
“Hacemos todo lo posible por que Autostrade abra su cartera para ayudar a los allegados de las víctimas, las personas afectadas, quienes están sin hogar y a la ciudad”, dijo el viernes el omnipresente vice primer ministro italiano, Matteo Salvini, también ministro del Interior y jefe de la Liga (extrema derecha).
La empresa, que pertenece al grupo Atlantia, controlado en un 30% por la familia Benetton, aseguró que sus controles de seguridad eran serios. El holding de Benetton, Edizione, afirmó que haría todo lo posible por depurar responsabilidades en este drama.
Atlantia declaró que una reconstrucción del puente “podría concluirse en cinco meses” a contar desde que el lugar sea accesible, tras el fin de la búsqueda de desaparecidos y de la investigación.
El grupo criticó no obstante la sanción gubernamental, decidida “en ausencia de cualquier certeza sobre las causas” del drama. Y advirtió que la revocación saldría cara al Estado en materia de indemnizaciones.
– “Allah Akbar” –
En una inmensa sala de Génova transformada en capilla ardiente estuvieron alineados 19 féretros, rodeados por un puñado de familiares cada uno y coronas de flores. Destacaba el féretro blanco de Samuele, de 8 años, que murió junto a sus padres cuando iban a tomar un ferry hacia Cerdeña.
“Yo perdí a un amigo pero vine por todas las víctimas”, contó un habitante de Génova, Nunzio Angone, que ingresó al funeral por la entrada reservada a los familiares de las víctimas. La mitad de las familias de las víctimas optó por funerales privados para despedir a los suyos tras acusar a las autoridades estatales de tener responsabilidad en la catástrofe.
Durante la ceremonia católica un imán rezó una oración salmodiada en la que se escuchó cuatro veces “Allah akbar” (Dios es el más grande) en medio de un silencio respetuoso, en un paréntesis previsto en homenaje a dos víctimas albanesas musulmanas.
El presidente Sergio Mattarella se mostró conmovido después de la ceremonia. “Es una tragedia inaceptable”, dijo a la televisión y se comprometió a que se realicen “investigaciones rápidas y rigurosas que conlleven a condenas”.
Antes del anuncio del hallazgo de nuevos cuerpos, el balance oficial provisional del drama del puente Morandi era de 38 muertos, 10 heridos hospitalizados, seis de ellos en estado grave.
“Mi hijo fue asesinado”, repitió el viernes Roberto, el padre de uno de los cuatro jóvenes de Torre del Greco, una comuna de Nápoles, fallecidos cuando viajaban de vacaciones.
“Uno no debe morir por negligencia, por dejadez, por irresponsabilidad, por superficialidad, por burocracia”, insistió el arzobispo de Nápoles, el cardenal Crescenzio Sepe, en la homilía del viernes dedicada a estos cuatro jóvenes en su ciudad de origen.
Las fotos de las víctimas sonrientes fueron publicadas el sábado en todos los diarios italianos: un excampeón de moto, un médico y una enfermera que se iban a casar, jóvenes franceses que iban a divertirse, tres chilenos radicados en Italia, un camionero napolitano que volvía después de hacer una entrega en Francia y una pareja que regresaba de su luna de miel.
(Con información de AFP).