Rusia ha pedido a Estados Unidos que retire las armas nucleares que desplegó en los Estados europeos aliados, argumentando que Moscú hizo su parte del desarme nuclear desde que terminó la Guerra Fría, informó la agencia noticiosa estatal RIA Novosti.
“Rusia ha retirado todo su arsenal nuclear al interior de su territorio nacional”, anunció este lunes, 18 de diciembre, el director del departamento de control de armas del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Mikhail Ulyanov. “Consideramos que el lado estadounidense debiera hacer lo mismo”.
Según Ulyanov, las armas en cuestión ascienden a “unas 200 bombas aéreas” y citó a ex funcionarios estadounidenses, quienes afirmaron que las acciones en curso para mejorar las bombas soltadas desde el aire podrían minimizar las bajas civiles hipotéticas.
En opinión de Konrad Muzyka, analista de las fuerzas armadas en Jane’s Defence Industry Solutions, de ISH Markit, las armas que tanto ofenden a Moscú son bombas B61 depositadas en bases de Bélgica, Alemania, Italia, Holanda y Turquía. Dicho despliegue forma parte de un programa de intercambio nuclear que data de la Guerra Fría y cuya persistencia ha sido un tema debatido algunas veces.
Algunas fuerzas aéreas europeas de la OTAN están entrenadas y equipadas para lanzar esas armas “si llegara a tomarse la decisión política de hacerlo”, dijo un funcionario OTAN entrevistado por Newsweek. Sin embargo, la tecnología no pertenece a los países anfitriones, y Estados Unidos “conserva el control de las armas nucleares asociadas, en todo momento”.
Amén de los costos y los debates políticos nacionales sobre los riesgos de mantener dichas capacidades, dicho armamento ha planteado interrogantes sobre su relevancia en el escenario bélico contemporáneo. Se trata de una bomba gravitacional anticuada y no dirigida: muy poderosa si va armada con una ojiva nuclear, si bien su uso representa un riesgo muy grande. El argumento para mantener dicha capacidad, explicó Muzyka, es la amenaza de una respuesta nuclear en caso de ataque contra un aliado de Estados Unidos, más que la suposición de que esas bombas sean la mejor opción de combate.
“¿Las bombas aéreas son obsoletas? Pues bien, OTAN opina que siguen haciendo un trabajo estupendo como disuasivos nucleares, y eso es lo más importante”, agregó Muzyka. Con todo, un misil balístico con ojiva nuclear o un misil de crucero disparado a distancia ofrecen “una capacidad drásticamente mejorada”, reconoció.
Rusia, cuyo único aliado militar en Occidente es Bielorrusia, ha retirado las armas nucleares al interior de su territorio. “La instalación de almacenamiento nuclear rusa más occidental se encuentra en Kaliningad Oblast”, reveló Muzyka, refiriéndose a una posición marítima lindante con Polonia y Lituania. Dicho territorio ha adquirido considerable potencia de fuego, incluyendo armas antiaéreas.
El recordatorio de Moscú sobre las bombas de la Guerra Fría podría tener poco que ver con sus capacidades y mucho con las escaramuzas actuales, no para mantener las tecnologías nucleares de antaño, sino para desarrollar nuevas armas nucleares que violarían los acuerdos establecidos.
“¿Por qué Rusia menciona este asunto? Bueno, tal vez pretende iniciar negociaciones con Estados Unidos sobre un nuevo tratado para control de armas, y esta podría ser una de las condiciones”, explicó Muzyka.
En numerosas ocasiones, Estados Unidos ha acusado a Rusia de diseñar un misil que viola un acuerdo histórico, el cual fue suscrito hace 30 años y se conoce como el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio. Debido al acuerdo, ambos países se comprometieron a eliminar los misiles de alcance intermedio en Europa, lo que significa que ni los misiles estadounidenses ni los rusos podrán precipitar un intercambio bélico sobre el territorio continental.
Funcionarios estadounidenses han informado, repetidas veces, que Rusia estuvo desarrollando misiles y refinando sus capacidades existentes para volver a tener a los países europeos dentro de su alcance, mientras que Rusia ha acusado que el escudo antimisiles que Estados Unidos está implementado en Polonia y Rumania representa una violación del tratado.
En términos generales, la decisión de hablar sobre las bombas aéreas en Europa podría ser la manera como Rusia pretende “desgastar” a los aliados europeos de la OTAN, quienes podrían sentirse nerviosos ante la perspectiva de atizar el debate sobre la disputa nuclear entre Estados Unidos y Rusia, señaló Tom Plant, director del programa de proliferación y política nuclear en el Instituto Real de Servicios Unidos.
“Por ello, la estrategia Rusia es tratar de dividir a la OTAN”, acusa Plant. “Tal vez sea una pequeña pedrada, pero Rusia no deja de lanzar pedradas”.
Albergar armas nucleares extranjeras ha desatado el debate en muchos países europeos, sobre todo Alemania, donde los socios de la antigua coalición de izquierda de la canciller Angela Merkel se han manifestado en contra: “Rusia puede darse el lujo de lanzar fango por todas partes, porque Estados Unidos tiene que lidiar con aliados que Rusia no tiene”.
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