Las instancias enfocadas a temas
de salud y mujeres están partiendo de que el embarazo adolescente es una
problemática cuando se trata de uno de los resultados de la falta de educación
y acceso a la salud sexual y reproductiva, dijo Mariana Ávila Montejano,
directora del Observatorio Social y de Violencia de Género de Aguascalientes
(OVSG).
“La verdad es que es un grave
error y desde ahí no se puede plantear ni construcción de normatividad ni de
políticas públicas, porque seguimos cayendo en errores y por ese motivo México
no ha podido cumplir con las metas y no ha podido hacer evaluaciones reales de
lo que está sucediendo”.
Cuando los adolescentes no tienen
una formación y acompañamiento desde los derechos humanos, la información
sexual no tiene eco en su vida y lo que han aprendido de manera mecanizada deja
de ser una herramienta. Además, los menores viven en un ambiente erotizado
donde no hay procesos de acompañamiento adecuado social, comunitario, familiar,
ni institucional.
Y cuando una adolescente está
embarazada, se enfrenta a una serie de restricciones en cuanto al acceso de los
derechos y se piensa que la alternativa es el matrimonio, pero porqué debieran
estar condicionados esos derechos fundamentales a una unión, agregó Ávila
Montejano.
Para la activista esta es una
postura basada en la vida de los adultos, de la religión católica y de una
serie de tabús conservadores relacionados con la idea del matrimonio como un
“permiso” para tener relaciones sexuales, o para poder acceder a ciertos
derechos que de otra manera no se pueden obtener.
“Lo único que vamos a estar
haciendo es violentar derechos y restringir el acceso, qué pasa cuando una
adolescente está embarazada y no puede casarse, depende de su madre y padre y
la seguridad social no le responde de manera adecuada”.
Ante una situación como esa, lo
que sucederá en adelante es que se va a seguir agravando la problemática: la
adolescente tendrá que dejar la escuela y buscar un trabajo donde la acepten
embarazada para darle seguro a su hijo, aseguró la coordinadora del OVSG.
Falta educación integral desde
los derechos humanos, sensibilizar desde la desigualdad y la discriminación
para a partir de ahí hablar de los derechos sexuales o de lo contrario será
difícil avanzar, agregó.
“Cuántas organizaciones no le han entrado a este
tema, cuánto dinero no se ha destinado a este tema y cuál evaluación de resultados
o de resultados de impacto se están llevando a cabo, además no es de este año…
es un problema de planeamiento de política pública, de estrategia y de análisis
y estamos hablando de los últimos quince años”.