Cuando una mujer originaria de Islandia se desmayó en el sofá de un club de Nueva York, en marzo de 2009, un obrero de la construcción comenzó a besarla y la sacó a rastras del local. La joven turista despertó en el apartamento del trabajador, desnuda y debajo de él, quien la había violado.
El hombre echó a la chica y la envió a su casa con 20 dólares para que abordara un taxi. Ella solo deseaba ir a casa, pero dos amigos la convencieron de ir a un hospital, cuyo personal llamó al escuadrón de Víctimas Especiales del Departamento de Policía de Nueva York, los detectives encargados de investigar los crímenes sexuales. Cuando Rafael Astacio, un detective novato de este escuadrón, entrevistó a la víctima, ella le dijo que no estaba segura de querer seguir adelante con el caso porque estaba preparándose para volver a Islandia.
Astacio cerró el caso, y dijo después que la víctima no había cooperado. Sin embargo, ella cooperó claramente cuando, más de un mes después, un detective tomó una muestra de ADN que coincidía con la del violador en su caso. Ella identificó a su atacante de entre un conjunto de fotografías, y el hombre fue arrestado y sentenciado posteriormente a más de tres años de prisión.
Y aunque Astacio declaró ante la oficina del fiscal del distrito de Manhattan que la seguridad del club en el que la mujer islandesa había sido abordada no había cooperado, por lo que él no había podido obtener ninguna grabación de vigilancia, un investigador de la fiscalía del distrito que acudió al club para atender un caso distinto no tuvo ningún problema en obtener la grabación del violador besando a la mujer y luego sacándola del club.
Astacio admitió después que nunca trató de obtener el video de vigilancia.
Estos errores cometidos por Astacio, descritos en un borrador confidencial escrito en 2013 para un memorando de la Policía de Nueva York obtenido porNewsweek, son emblemáticos de faltas de ética más graves cometidas por ese detective y otros investigadores. En el memorando, Lisa Friel, que en ese tiempo era jefa de la Oficina de Víctimas Especiales de la fiscalía del distrito, critica a los detectives del escuadrón de Víctimas Especiales de la Policía de Nueva York por cerrar los casos demasiado rápido, por no realizar todos los pasos de las investigaciones y por la forma en que trataban a las víctimas. “Los detectives gritaban a las víctimas y les decían cosas inapropiadas, como que el fiscal del distrito las iba a hacer lucir como rameras en el juicio”, dijo Friel en 2009, de acuerdo con el memorando de la Policía de Nueva York. “También amenazaban a las víctimas diciéndoles que las iban a encerrar”.
Aunque los defensores de las víctimas afirman que el Departamento de Policía de Nueva York ha mejorado la forma en que maneja los casos de agresión sexual y violación, la evaluación de los detectives de ese departamento, realizada por Friel, es importante porque se trata de una visión poco común hacia el interior del cerrado mundo de las investigaciones sobre agresiones sexuales (Friel dejó su puesto en 2011 y actualmente es consejera especial de investigaciones de la NFL).
LA LEY Y EL DESORDEN: Friel (izquierda) escribió su memorando después de que Astacio (derecha) fuera arrestado por una cadena de hurtos. FOTOS: MICHAEL LOCCISANO/GETTY; ANDREW SAVULICH/NY DAILY NEWS/GETTY
Este informe sale a la luz en un momento en que el tema de la agresión sexual aparece en todos los medios noticiosos tras las acusaciones contra el productor de Hollywood Harvey Weinstein de haber acosado y agredido sexualmente a muchas mujeres durante más de 20 años. Cy Vance, fiscal del distrito de Manhattan, ha sido criticado por su decisión, tomada en 2015, de no procesar a Weinstein por presuntamente toquetear a la modelo italiana Ambra Battilana Gutierrez (en una declaración realizada el 10 de octubre pasado, en la que defendía esa decisión, un miembro de alto nivel del personal de Vance culpó a los detectives de la Policía de Nueva York por organizar una llamada telefónica controlada entre Weinstein y Gutierrez sin consultar con sus acusadores sobre lo que se debía captar en la llamada para perseguir un crimen de naturaleza sexual).
Los federales han descubierto problemas en la investigación de agresiones sexuales en todo Estados Unidos. Por ejemplo, en un sondeo realizado el año pasado por el Departamento de Justicia se descubrió que el Departamento de Policía de Baltimore ha cometido graves faltas al “investigar insuficientemente” los informes de agresión sexual. En un sondeo realizado en 2011 por el Departamento de Justicia con relación al Departamento de Policía de Nueva Orleans se encontró que los policías de dicho departamento clasificaban de manera incorrecta posibles agresiones sexuales y que no investigaban muchos posibles casos de crímenes sexuales. En un sondeo del Departamento de Policía de Puerto Rico, realizado ese mismo año, se encontraron pruebas que indicaban que los policías no informaban sobre todos los casos de agresión sexual con el objetivo de manipular las estadísticas criminales (parte del problema: menos de 12 por ciento de los oficiales de aplicación de la ley en Estados Unidos son mujeres, de acuerdo con datos de 2015, obtenidos por el FBI).
El memorando del Departamento de Policía de Nueva York en el que se describe la conducta de Astacio y las afirmaciones de Friel fue redactado en septiembre de 2013, después de que Astacio fuera arrestado por una cadena de hurtos. Astacio fue condenado a seis años de prisión en enero de 2016 por su participación en una red que robó más de 8 millones de dólares en efectivo y bienes entre 2009 y 2012.Newsweek pudo obtener el memorando debido a que fue presentado como anexo en una demanda judicial que Astacio presentó como un intento de salvar su pensión.
En una declaración, Friel señaló que la mayoría de los detectives asignados a casos de víctimas especiales con los que ella trabajó eran dedicados, trabajadores y sensibles. Declinó hacer comentarios sobre las acusaciones más amplias contra los detectives de Víctimas Especiales en general. El Departamento de Policía de Nueva York y Peter Brill, el abogado de Astacio, declinaron hacer comentarios.
En una inquietante coincidencia, el oficial que era el supervisor de Astacio en 2009, el teniente Adam Lamboy, voló a Seattle con otro detective en 2013 para entrevistarse con una mujer que dijo haber sido agredida sexualmente mientras estaban Manhattan. La mujer presentó una demanda afirmando que los dos policías la presionaron para que bebiera con ellos durante un recorrido por distintos bares que duró diez horas, y después, para que regresara con ellos a su hotel. En su cuarto de hotel, el detective presuntamente besó y toqueteó a la mujer hasta que ella salió de la cama y comenzó a llorar, de acuerdo con su demanda (a principios de este año, la mujer llegó a un acuerdo por 10,000 dólares en su demanda contra el Departamento de Policía de Nueva York, Lamboy y el otro detective).
En 2009, Lamboy elogió el trabajo de investigación de Astacio. “Encontré que [Astacio] era un buen trabajador”, dijo, de acuerdo con el memorando. “Hubo momentos en el que no se siguieron ciertos pasos de la investigación, pero podría decir lo mismo acerca de muchos detectives del departamento”.
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Publicado en cooperación conNewsweek / Published in cooperation withNewsweek