Conformada por varios sectores especializados, entre los que se cuentan abarrotes, víveres, frutas, legumbres, flores, hortalizas, aves y cárnicos, la CEDA tiene una superficie de 327 hectáreas y es, según la Unión Mundial de Mercados Mayoristas, el centro mayorista más grande del orbe, apenas seguido por el de Rungis, Francia, y el Mercamadrid, en España.
En este sentido, Sergio Palacios, coordinador y administrador general de la Central de Abasto, manifiesta que a esta se le debe considerar uno de los principales motores de México en tanto que suministra el 80 por ciento de los alimentos de la capital y la zona metropolitana y el 35 por ciento de lo que se distribuye en el país: “El modelo que se pensó hace 35 años es único en el mundo, pues fue definido por las características de México, los diferentes climas y productos, por eso esta Central es la que permite que esos productos tan diversos lleguen a todos los rincones”.
El funcionario añade que una de las características primordiales de la CEDA es que no deja de brindar servicio ni un solo instante por ninguna circunstancia. “En 1985, en los temblores del 19 de septiembre, la Central no cerró, y en el sismo reciente tampoco cerró. No ha cerrado una sola vez durante toda su existencia, está abierta las 24 horas del día los 365 días del año. El hecho de que alimente al país todos los días revela su importancia. A pesar de la magnitud de los sismos, de los muertos y de las afectaciones para la ciudad, la Central cumplió con su papel fundamental”.
El valor de la operación comercial de compra y venta de este imponente mercado asciende, aproximadamente, a 9,000 millones de dólares anuales, cifra que solo es superada por el mercado bursátil manejado en la Bolsa Mexicana de Valores. Al día, unas 500,000 personas acuden a vender o comprar, y en épocas especiales, como en Semana Santa, Día de Muertos y Navidad, arriban más de 550,000 diariamente.
SERGIO PALACIOS, coordinador de la CEDA: “La Central permite
que productos tan diversos lleguen a todos los rincones del país”. FOTO: ANTONIO
CRUZ/NW NOTICIAS
“Hay un comentario generalizado que dice que la Central de Abasto es el lugar del mundo en donde se maneja más dinero en efectivo”, expone Palacios Trejo. “Lo que sí puedo afirmar es que aquí el 80 por ciento de las operaciones todavía se hacen en efectivo. Al año son 9,000 millones de dólares en torno a la Central, es decir, en un tráiler que sale de Sinaloa con jitomate, se contabiliza el chofer, el machetero, el diésel, el restaurante, etcétera. No son operaciones que estrictamente se realicen todas aquí, sino en torno a la Central”.
La CEDA, localizada en la delegación Iztapalapa, recibe productos de todos los estados de la república y de países como Canadá, Chile, Turquía, España, Alemania e India. Para movilizarlos, a la Central diariamente arriban aproximadamente 62,000 vehículos entre tráileres, camiones torton y otros tipos de automotores para el abasto y desabasto de la mercancía.
En su interior también cuenta con servicios diversos como un módulo de Protección Civil y ERUM, una unidad de Salud y Detección Oportuna, un quiosco digital de la Tesorería de la CDMX, sucursales bancarias, un módulo de Licencias y Control Vehicular, otro de la Comisión Federal de Electricidad, biblioteca digital, estacionamientos aéreos y la Plaza Central, la cual cuenta con hotel, tienda departamental, salas de cine, almacenes, restaurantes, boutiques, zapaterías y gimnasio, entre otros.
Para conmemorar los 35 años de la fundación del mercado mayorista, que se cumplen el 22 de noviembre, uno de los proyectos más relevantes es el mural “Dios del árbol mágico CEDA”, del artista japonés Kenta Torii, el cual se localiza en la nave K y es una de las 16 obras que conforman el proyecto Central de Muros. Explica el administrador general de la Central: “Uno de nuestros proyectos, del que nos sentimos más orgullosos, son los murales que están pintando en el área de frutas y legumbres. Son obras monumentales que también buscan recuperar la tradición del muralismo mexicano tan importante. Y lo que queremos es también invitar a un público distinto para que acuda. La gente que no tenga un interés comercial que venga por el interés artístico y de ahí se detone el interés comercial. Y para la gente que viene por un interés comercial que también tenga un espacio cultural”.
La obra de Torii tiene como elemento principal al jaguar, un símbolo fuerte y de protección en la cultura mexicana, pintado con el tradicional color rosa que identifica a la Ciudad de México. La cola del felino se prolonga en un árbol mágico donde nacen distintos tipos de frutas y verduras.
EL MURAL “Dios del árbol mágico CEDA”, del artista japonés
Kenta Torii, se localiza en la nave K. FOTO: CEDA
—¿Qué otra importancia tiene el muralismo para la Central de Abasto? —pregunta Newsweek en Español a Sergio Palacios.
—Es un proyecto que cuando nos lo presentaron estaba compitiendo con la posibilidad de estar en otros espacios de la ciudad. Son jóvenes muralistas que actualmente están pintando en Nueva York, Miami, Berlín y, ahora, en la Central de Abasto de la Ciudad de México. Puedo garantizar que, una vez que este proyecto esté concluido y tenga la difusión debida, va a ser necesariamente un punto de interés fundamental de la ciudad, y eso es lo que queremos, que la Central se vuelva un destino turístico, y lo ponemos en perspectiva porque esta ciudad tiene la misma importancia que tiene cualquiera de las grandes metrópolis con grandes mercados. No todo el mundo va a querer venir por la magnitud, pero algunos van a querer venir por los murales. Es uno de los proyectos artísticos más importantes de la ciudad en los últimos años.
—No obstante, el talón de Aquiles de la CEDA es la basura. ¿Qué medidas se han tomado en el tema ecológico y el tratamiento de desechos?
—Tenemos una consultora porque queremos que el próximo año la Central sea una industria limpia. A final de cuentas, con la extensión y toda la gente que aquí participa, evidentemente el problema de la basura es muy importante. Decir que la Central está limpia en algún momento del día sería una mentira, pero esto tiene que ver con el proceso de comercialización continua, por lo que todo el día hay un espacio en donde se está generando basura. Aquí el 70 por ciento de la basura es orgánica y el resto es inorgánica, somos el principal generador de basura orgánica de todo el país, pero es un problema que estamos atacando a través de la concienciación, estamos generando en las diferentes naves pasillos grises y verdes para que en este sentido se vaya distribuyendo la basura, estamos poniendo mucho para llegar a ese objetivo de una industria totalmente limpia.
FOTO: ANTONIO CRUZ/NW NOTICIAS
—¿En estos momentos cuáles son las necesidades más apremiantes de este gran mercado?
—Hay algunas tareas en las cuales es importante trabajar. Es indispensable la pavimentación de sus patios de maniobra y tenemos que modernizar el tema de la seguridad; tenemos índices relativamente bajos, sin embargo, creo que debemos mejorar en aspectos tecnológicos en materia de seguridad, por eso estamos evaluando el colocar arcos detectores de placas en los ingresos y las salidas para identificar vehículos robados o que hayan participado en algún delito e intercambiar esa información con el gobierno de la ciudad. Se está terminando aquí una central en donde se pretende establecer un C2, estamos revisando cómo se puede concretar ese proyecto, el edificio lo estaríamos aportando nosotros y el Gobierno de la Ciudad de México tendría que poner la instalación para el C2. Aparte, en el tema tecnológico la Central tiene que ir hacia el comercio electrónico, en donde ya no necesariamente se tenga que venir a comprar aquí, sino que haya una evolución tanto en el menudeo como en el mayoreo para que se puedan canalizar los alimentos directamente a los domicilios o a las grandes empresas. Por ahí es el camino que debe seguirse.