Nos referimos al caldo de pollo que compras en polvo y que se
utiliza constantemente para hacer las sopas e imitar el sabor de un caldo de
pollo natural.
Últimamente, importantes estudios apuntan a que este
sazonador que se usa frecuentemente en la mayoría de las casas es causa de
distintas enfermedades especialmente por su alto contenido de sal, glutamato
monosódico, químicos y otros ingredientes artificiales.
Además, este enemigo de una dieta saludable se esconde bajo
otros nombres, como: proteína hidrolizada, caseinato de calcio, proteína
vegetal hidrolizada o extracto de levaduras.
La industria alimentaria ha empezado a tomar medidas sobre el
glutamato monosódico, por lo que debemos tener cuidado con nuevos productos que
dicen no contener este ingrediente, pues lo sustituyen con más sodio, azúcar o
conservadores artificiales. Todos dañinos para la salud.
¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?
En realidad, la única manera cien por ciento efectiva de
evitar el caldo de pollo falso es haciendo nuestro propio caldo en casa.
Aquí te decimos cómo:
Pon en una olla agua, huesos de pollo orgánico, cebolla, un
chorrito de aceite, apio y zanahoria. Deja hervir la mezcla a fuego bajo y
espera de tres a seis horas.
Este caldo está listo para ser usado en cualquiera de tus
platillos, incluso puedes guardarlo en el refrigerador por una semana o
congelarlo en bloques e ir descongelando poco a poco.
Puedes hacer el mismo caldo solo o con verduras, res o
cualquier ingrediente que se te ocurra para variar sabores y nutrientes.
Recuerda que los cambios chiquitos hacen una gran diferencia
para tener un estilo de vida saludable a largo plazo.