Por:Samael Hernández Ruiz
El
instinto gregario y la solidaridad brotan espontáneamente ante la
desgracia. Cientos, sino es que miles de mexicanos corren al auxilio de
los afectados por los dos terremotos de este mes de septiembre que será
inolvidablemente doloroso.
Quienes
en la Ciudad de México, en Morelos, Oaxaca, Chiapas y Guerrero ayudan a
rescatar a vivos, y por desgracia también a quienes fallecieron, debajo
de los escombros, son a su vez auxiliados por muchos hombres y mujeres,
la mayoría jóvenes, quienes preparan alimentos, proporcionan
herramientas y habilitan campamentos. Otros van a dejar vivieres a los
centros de acopio o, con sus propios medios, viajan cientos de
kilómetros para dar ayuda a sus compatriotas.
No
obstante la intensidad del auxilio, los héroes de México no descansan,
no duermen, comen mal y sufren mucho, pero no les parece suficiente, les
va la vida en ello, como dijo el cantor.
Aún no
empezamos la reconstrucción por las afectaciones de los sismos y ya
tenemos encima la emergencia de las lluvias; veremos que pasa. Por lo
pronto es urgente pensar en cómo orientar de la mejor manera la
reconstrucción de una buena parte del país.
Hay que
dejar en claro algo: los sismos no sólo provocaron muertes y afectados,
derribaron edificios e instalaciones públicas; también cimbraron toda la
estructura social de México.
Si
quienes están en el gobierno no lo perciben y los políticos no son
sensibles a las evidencias, peor para ellos. Los pilares que sostienen a
la república están seriamente dañados: las instituciones republicanas
ha perdido credibilidad, el gobierno de la república y los de muchos
estados son inoperantes y corruptos, la seguridad nacional hace agua, la
prevención de desastres no funciona, la desigualdad social se
incrementa y la economía crece para el beneficio de unos cuantos; México
tiene un serio daño estructural y debe reconstruirse.
Con esa
referencia nos reunimos varios amigos con la intensión de proponer
cambios urgentes que debe contemplar la reconstrucción de la república y
no sólo la reconstrucción de casas, edificios, economías y la atención a
los afectados, aunque es claro que hay que cuidarle las manos al
gobierno en todo lo anterior; porque lo peor que nos puede pasar es que
la “reconstrucción fast track”, se convierta en un gran negocio y todo siga igual o peor.
Bajo la
coordinación de un experto en temas de desarrollo y gobierno, nos fueron
distribuidas tareas. A mi se me encargó documentar las situaciones de
sismo y desastre en Oaxaca. Le aclaré a mis amigos que ese tema no es de
mi especialidad; pero que tuve alguna experiencia en mi desempeño como
analista de riesgos durante algunos años y que podría, si acaso,
documentar el sismo de 2012. Mi propuesta fue aceptada y me di a la
tarea de documentar dicho sismo con la información de la que dispongo
sobre el tema.
Desde
luego, el estudio tendría que ser, como lo fue, descriptivo y dar la
oportunidad de discutir algunos temas que permitieran aportar ideas para
tratar el tema del 2017.
El sismo del 2012 ocurrió el 20 de marzo de ese año a las 12:30 Hrs. El Servicio Sismológico Nacional (SSN)reportó que el sismo había tenido una magnitud de 7.4° a29 km al surde Ometepec, Guerrero (Lat 16.42 Lon -98.36 Pf. 15 km). La misma fuente reportó seis réplicas superiores a los 4.59° Richter.
Los daños ocasionados por el sismo y sus réplica fueron considerables, los primeros reportes informaron:
La zona más afectada en el estadode Oaxaca fue la de San Juan Cacahuatepec(región de la costa ),se reportaron con daños al menos 1,000 viviendas, 80% de la infraestructura educativa, la clínica de salud y la iglesiade la cabecera municipal.
La segunda zona más afectadafue la deSantiago Pinotepa Nacional, en donde seregistraron al menos 5 lesionados, 674 viviendas afectadas, 15 escuelas con daños menores y tramos carreteros con algunos derrumbes.
La tercera zona con mayores afectacionesfue la de San Juan Bautista Lo de Soto,dondeal menos 500 las viviendasfueron dañada.
La cuarta zona con mayores afectacionesfue la de San Miguel Tlacamama, dondereportaron 157 casa dañadas en la cabecera municipal, de las cuales 7fueron pérdida total.
En las agencias el Zapote,hubo
52 casas dañadas; Cañada del Marqués, 45 casas dañadas; el Terrero
Tlacamama, 20 casas dañadas y la Esperanza, 24 casas dañadas.
Después la Secretaria de Gobernación publicó en el Diario Oficial de la Federacióndel 28 de marzo de 2012, ladeclaratoria dedesastrenatural en 27 municipios del Estado; la segundadeclaratoria se publicó el 9 de Abril con 48 municipios con desastrenatural.
Algo que
llamó mi atención fue la gran cantidad de información científica que se
tenía a la mano desde 2010 para tomar medidas preventivas que no se
aplicaron.
En el
2003, durante la administración del gobernador José Murat, comenzó a
operar el Sistema de Alerta Sísmica del Estado de Oaxaca (SASO) con 29
estaciones que emitían avisos anticipados en caso de que ocurriera un
sismo con magnitud mayor a 5 Grados.
Ese
mismo año se formuló el Atlas de Riesgo del Estado de Oaxaca con lo que
la administración pública estatal pudo contar con los Fondos para la
Prevención de Desastres Naturales (FOPREDEN).
En 2007,
el entonces gobernador Ulises Ruiz Ortiz, solicitó a la Coordinación
General de Protección Civil, recursos a cargo del Fondo para la
Prevención de Desastres Naturales, con el objetivo de realizar el
proyecto preventivo denominado Actualización del Atlas de Riesgo del
Estado de Oaxaca en los fenómenos geológicos e hidrometeorológicos.
El
quince de febrero de 2010, el Comité de Adquisiciones, Arrendamiento y
Servicios de Recursos Federales del Instituto Estatal de Protección
Civil, tomó el acuerdo donde autorizó la contratación de la empresa ERN
Ingenieros Consultores S.C. para la ejecución del proyecto solicitado
por el gobernador del estado. Ese mismo año quedó actualizado el Atlas
de Riesgo de 2003 en los aspectos concernientes a fenómenos geológicos e
hidrometereológicos como ya se ha mencionado.
La
actualización del Atlas de Riesgo del Estado de Oaxaca fue un
instrumento importante con el que contó la administración de Gabino Cué
Monteagudo. En dicho documento se afirma refiriéndose a la brecha de
subducción de Guerrero:
“Una
de las brechas sísmicas con mayor potencial en México y que puede
producir uno o varios sismos grandes en un futuro cercano es la de la
Costa de Guerrero. En su
porción noroeste (Zihutanejo-Acapulco) se han originado grandes sismos
en 1899, 1907, 1908, 1909, y 1911, y no han ocurrido temblores
importantes en los últimos 80 años. En la porción sureste de esta brecha
(desde Acapulco hasta Oaxaca) no se han verificado eventos de
importancia después de los terremotos de 1957 y 1962.La
magnitud del sismo que se puede presentar, de acuerdo al tamaño de la
brecha de Guerrero, puede ser superior a 8.0, aunque existe la
posibilidad que en lugar de un solo sismo se presenten varios de menor
magnitud en un periodo relativamente corto.” (subrayado nuestro).
A pesar
de las previsiones hechas con bastante precisión por los expertos, el
gobierno de Gabino Cué no tomó en cuenta lo que se afirmaba en Atlas de
Riesgo actualizado.
En
lo anterior el ex-gobernador, su ex-secretario de gobierno y el
entonces responsable de la coordinación civil tendrían responsabilidad,
porque disponiendo de los conocimientos necesarios, actuaron con
negligencia.El evento del sismo ocurrió dos años después de los estudios del Atlas de Riesgo actualizado.
En
su segundo informe de gobierno, Gabinó Cué dio a conocer las acciones y
apoyos proporcionados a los damnificados, así como a la infraestructura
pública rehabilitada; pero no se refirió a las responsabilidades de
quienes, conociendo la información del Atlas de Riesgo, no actuaron en
consecuencia.
Sabemos
de buena fuente que el actual gobierno envió una iniciativa para
fortalecer la coordinación de protección civil; pero ¿ha sido
actualizado el Atlas de Riesgo? Y aunque lo hubiera sido no es
suficiente, de la experiencia del sismo del 2012 se infiere que es
necesario que la ley sancione a quienes nombran a personas que no tienen
el perfil profesional para cubrir las responsabilidades de protección
civil, así como a quienes ejercen dicha función y no hacen gestión de la
información necesaria para afrontar su tarea o bien actúan con
negligencia.
En vista de lo anterior, una de las recomendaciones sería:
Considerando que el
conocimiento científico sobre los agentes de riesgo, su dinámica y grado
de afectación a la población y a sus bienes, no parece implicar ninguna
responsabilidad para las autoridades que tienen acceso a ella en
funciones específicas, algunas de ellas establecidas en las leyes o
programas de protección civil. Tomando en cuenta que en el ejercicio de
una profesión, la negligencia en el uso o aplicación de conocimientos
científicos, las habilidades y experiencias asociadas a él, implica
serias responsabilidades y en vista de que en el caso de los
funcionarios responsables de la protección civil para la prevención y
atención de desastres no parece operar, ni la exigencia del perfil
profesional necesario, ni la negligencia en el uso de conocimientos
científicos disponibles o algún otro tipo de responsabilidad es
necesario:
- Actualizar el Atlas de Riesgo del Estado de Oaxaca, reglamentarlo y sansionar su uso o mal uso.
- Actualizar o elaborar
el Atlas de Riesgo de al menos los treinta distritos rentísticos del
estado y los municipales que sean necesarios. - Incluir en la ley de
responsabilidades de los funcionarios públicos, la tipificación de la
falta por acción u omisión, del ejercicio de la función pública en
materia de protección civil.
No puedo
ampliar en este espacio todos los resultados de documentar el sismo de
2012; ofrecí sólo los aspectos que me pareció necesario destacar. Como
dije al principio, fue un ejercicio que hicimos varios y que quizá
pronto será publicado, la urgencia planteaba la necesidad de realizar
las reflexiones con rigor científico aunque dejando un poco de lado las
formalidades académicas; lo importante serán las conclusiones y
recomendaciones, de las cuales aquí sólo me referí a una, espero que
pronto comentemos las otras.