Según
Los Nahuas, Xólotl, el hermano gemelo de Quetzalcóatl identificado como perro, descendió
hasta el inframundo para obtener de El señor de la Muerte (Mictlantecuhtli) los
huesos de los hombres de creaciones anteriores para recrear de nuevo a la
humanidad, cuenta la revista Arqueología Mexicana.
En
Aguascalientes se han descubierto hasta ahora cuatro sitios con vestigios
arqueológicos que actualmente el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
está explorando: El Ocote (El Ocote, Aguascalientes), La Montesita (Las
Negritas, Asientos), Santiago (Santiago, Pabellón de Arteaga) y Cerro de En
medio (San José de Gracia), dijo en entrevista la arqueóloga Ana Pelz Marín,
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El
trabajo de exploración avanza de forma lenta, pero hasta el momento entre los
múltiples hallazgos prehispánicos han localizado 47 entierros, 46 de ellos en
El Ocote y uno en La Montesita.
Los hallazgos funerarios que
hasta este momento resguardan en el INAH Aguascalientes son aún insuficientes
para determinar si existía alguna tradición particular en torno a los muertos, en
comparación con otros sitios trabajados en estados colindantes.
“En El Ocote y en el sitio de La
Montesita que son prácticamente los dos que han proporcionado muestras de
esqueletos, poder hablar de rituales o de costumbres funerarias muy amplias es
todavía poco probable”, apuntó Pelz.
A pesar de los trabajos
incipientes de exploración, los restos funerarios encontrados ya dejan ver
algunos detalles característicos como el hecho de que en esta época los
difuntos eran enterrados en las zonas habitacionales o de uso común y no
propiamente en áreas diseñadas específicamente para este fin, conocidas como
panteones.
“Suponemos que son modas,
costumbres de grupos diferentes, pero es muy significativo que para la misma
temporalidad para toda esta región se esté usando este tipo de enterramiento,
debe haber sido una moda, un patrón cultural”.
Los huesos encontrados hasta
ahora muestran que los difuntos eran flexionados hasta adoptar una posición
fetal que según la arqueóloga no es exclusiva de Aguascalientes, sino que está
presente en entierros de otros estados como Michoacán, Jalisco, Colima y Zacatecas,
al parecer entre los años 600 y 900 d.c.
La posición fetal en la que se
han encontrado los cuerpos pudiera ser, para los arqueólogos, un símbolo del
regreso al útero de la madre tierra, una posibilidad de volver al inframundo,
de reintegrarse a su espacio.
Los antropólogos físicos y
algunos arqueólogos que han dado cuenta de osamentas en esta misma posición
plantearon la posibilidad de que los cuerpos hayan sido envueltos en lienzo o
petates que comprimían el cuerpo haciendo que los huesos no se desplazaran.
Entre los años 1500 a.c. y 400
d.c. en esta zona de Occidente del país, las prácticas funerarias eran
diferentes, en lugar de hacer excavaciones superficiales en las áreas
habitacionales, se realizaban tumbas de tiro que eran construcciones hechas
específicamente para los entierros, usados en muchos de los casos como criptas
familiares.
De los 47 entierros registrados,
27 son de infantes, 26 en El Ocote que van desde recién nacidos hasta los 16
años de edad y uno en La Montesita.
Como parte de los entierros de
adultos han encontrado, junto con los esqueletos, una especie de vasijas que
aún no han podido determinar si contenían alimentos, restos de semillas o
flores que fueron depositados a manera de ofrenda para la persona fallecida.
De manera peculiar, en el caso de
los restos funerarios de infantes han encontrado mayor cantidad de ofrendas
pues además de las vasijas miniaturas, los pequeños están ataviados con
collares de conchas y caracoles de mar que tradicionalmente se asocian a la
fertilidad, la vida y el agua.
Para aquella época y por la
ubicación geográfica de Aguascalientes, las conchas encontradas en los collares
de los menores deben haber sido caras, tanto por su costo como por el traslado
pues ya fueron identificadas y algunas vienen del Pacífico y otras vienen del
Caribe y El Golfo.
En los hallazgos funerarios de
Aguascalientes se han identificado algunos problemas de salud y patologías,
como las manchas de flúor en los dientes, problemas de desnutrición y
deformaciones en columna, vértebras cervicales y lumbares por cargar pesos
excesivos.
“La mayoría de los problemas son
a nivel bucal, dientes perdidos, absorbidos, que salen mal o que no se llegan a
caer, caries fuertes y en algún caso hasta una infección muy intensa”.
Además, algunos tienen daños en
las articulaciones, en las muñecas y las rodillas que de alguna forma han sido indicios
útiles para definir las características de la población que vivió en esta zona.
Se han encontrado también
esqueletos con el cráneo deformado (alargado) que fue una práctica muy usada en
la región en aquella época y todavía está en discusión si era una cuestión que
caracterizaba algún grupo étnico o un elemento estético.
Para los trabajos de exploración,
el INAH en Aguascalientes no cuenta con un equipo adecuado de monitoreo para
detectar donde hay algún vestigio, sin embargo, el procedimiento básico ha sido
excavar con cuidado para no dañar ningún objeto y con el elemento sorpresa de no
saber qué es lo que encontrarán debajo de la tierra hasta el último momento.
Cada uno de los restros encontrados
se retira de la zona donde se localizaron para evitar saqueos. Todo lo que se rescata
se fotografía, se registra minuciosamente y está resguardado en el laboratorio
de arqueología del INAH
De los 47 restos funerarios hay
sólo tres que se pudieron sacar completos y de ellos han podido obtener
información más detallada, aunque al momento del estudio es necesario
desarticularlos.
Los primeros entierros los
obtuvieron en el año 2000, luego encontraron otros en la parte ceremonial de El
Ocote en el 2003, al año siguiente encontraron la mayoría de los que tienen. El
siguiente hallazgo fue en el 2006 y el más reciente en el 2010.
El
planteamiento de argumentos descriptivos de la población establecida en esta
zona y sus costumbres se vuelve compleja aún, debido a que son muchos los
sitios que faltan por explorar en el estado. Tan sólo enSantiago y
Cerro de En Medio, el INAH ha hecho mapeos y tienen alrededor de 200
construcciones prehispánicas, cada una de ellos que considerablemente grandes.
De acuerdo a estudios realizados
en la zona, después del año 1000 d.c. se ubican algunos grupos Chichimecas como
los Caxcanes, los Zacatecos y los Huachichiles; quizá si se tuviera alguna
evidencia de estos entierros podrían hacerse ejercicios comparativos para sacar
algunas otras conclusiones sobre los grupos étnicos que vivieron en Aguascalientes
en la etapa anterior a esta.
Lo que sin duda es imprescindible
para cualquier cultura en la faz de la tierra es conocer a sus ancestros, sus
hábitos alimenticios, sus atuendos, las prácticas de su vida cotidiana y
sobretodo la manera de dar el último adiós a sus difuntos, estas ceremonias
propias de México han trascendido fronteras, incluso camino al Mictlán.