Por esa razón, desde su sorpresivo lanzamiento como candidato y su posterior e inesperado triunfo presidencial, ha surgido un sinfín de cuestionamientos para entender a este personaje y comprender quién es, qué quiere, de dónde viene, por qué ganó, qué significa para México, etcétera. Por ese motivo, un grupo de 11 autores se dio a la tarea de escribir una serie de ensayos que, desde su particular perspectiva, pretenden explicar el pavoroso fenómeno apodado Trump.
En Donald Trump, el aprendiz, un libro publicado por editorial Planeta, los analistas Alejandro Rosas, Ana María Salazar, Dolia Estévez, Gil Gamés, Javier Tello, Jorge Zepeda Patterson, Julio Patán, Macario Schettino, Naief Yehya, Rafael Fernández de Castro y Ricardo Raphael ofrecen su opinión sobre distintas situaciones que en pocos meses han colocado a la presidencia de Estados Unidos en posiciones que se antojan vulnerables y, al ocupante del Despacho Oval, en riesgo de ser destituido.
En este contexto, los especialistas también alertan sobre las consecuencias que México deberá enfrentar ante el racismo, las declaraciones viscerales, las amenazas populistas, la falta de estrategia para el combate al narcotráfico y la ruptura del diálogo de un empresario sin escrúpulos que dirige los destinos del país más poderoso del mundo como si fuera un reality show.
Analista político, colaborador de Es la hora de opinar en Foro TV y comentarista radiofónico, Javier Tello dice a Newsweek en Español que el libro es un diagnóstico del personaje público, del político, de la persona, del empresario: “Es un retrato muy completo de su estilo personal de gobernar y de ser político, con un particular énfasis en su relación con México y en el impacto que esto puede tener en la relación bilateral México-Estados Unidos”.
—¿Cuál es su reflexión, Javier, qué significa Trump como presidente?
—Hay que poner a Donald Trump en un contexto occidental más que mundial. En años recientes hemos visto una serie de revueltas populistas alrededor del mundo, en casi todas las democracias de Occidente. En algunas de ellas con mayor éxito, otras con menor éxito, pero casi en todas hemos visto un reto populista, a veces de extrema derecha, a veces de extrema izquierda, a veces incluso del centro, pero lo primero que hay que entender es a Trump en ese contexto de crisis de la democracia liberal y que, ante esa crisis, surgen propuestas populistas.
“En el caso de Estados Unidos, lo que ofrece Trump es una propuesta populista, nacionalista y nativista tanto en lo económico como en lo cultural. Y creo que es una mala noticia para Estados Unidos, para el mundo entero —por el poder que tiene Estados Unidos— y para México en particular. Occidente y el mundo en general dependen de un gobierno estadounidense dentro de un cierto margen, que puede ser derecha-centro, centro-derecha, centro, centro-izquierda, pero si se sale de ese margen, lo que yo llamaría el centro amplio, que va desde la socialdemocracia en la izquierda al llamémosle neoliberalismo en la derecha, nos metemos en problemas en todos los ámbitos multilaterales”.
—¿La salida de ese centro amplio qué consecuencias puede atraer?
—Dependemos de un Estados Unidos que participa activamente en una serie de temas como cambio climático, comercio mundial, seguridad para ciertos países de Europa, de Asia, en fin, muchos países y muchas regiones del mundo dependen de un Estados Unidos que tiene un cierto comportamiento. El que llegue un personaje que rompe o rechaza esos esquemas mete a regiones enteras en serios problemas, y también a la comunidad global, como es el caso en el tema del cambio climático.
“Eso es un problema para el mundo entero, que depende de un cierto comportamiento de Estados Unidos; es un problema particular para varios países que dependen directamente de Estados Unidos, y México cae dentro de ese grupo de países; y es un serio problema para los propios estadounidenses, que tienen un presidente que no tiene ni los conocimientos, ni las habilidades, ni el temperamento correcto para gobernar su país”.
—¿Entonces es errónea la percepción de que Trump es más discurso que hechos?
—Lo que pasa es que, ¿a qué se dedican los presidentes? Buena parte de lo que hace un presidente es dar discursos, y el discurso importa. Cuando un presidente amenaza a otro país, critica a un sector de su sociedad, etcétera, eso no es un mero discurso, es una acción que tiene implicaciones. A lo largo de su campaña y en lo que va de su presidencia ha adoptado un discurso antiinmigrante, y ese discurso de inmediato ha tenido un impacto en la vida de los migrantes. No tuvo que cambiar ninguna ley para generar un impacto directo en la vida de los migrantes, los cuales empezaron a vivir con miedo en función de lo que podría venir a partir de la incertidumbre que generaba el discurso. No hay que minimizar el poder del discurso de un jefe de Estado, y menos cuando ese presidente es el de Estados Unidos.
“Además, yo sí creo que ha hecho muchas cosas; no ha logrado todo lo que dijo que iba a hacer, pero sí ha hecho mucho, sobre todo si pensamos en temas que nos importan a los mexicanos, como el migratorio. En ese sentido, es muy real el daño que está haciendo”.
—A parte de la cuestión migratoria, ¿qué otras consecuencias podría acarrear para México?
—Los tres temas son el migratorio, el tema fronterizo —que incluye el muro— y el tema comercial, sobre todo el relacionado con la renegociación del TLCAN. El Tratado está siendo renegociado, y si bien este escenario es mejor que si Trump se hubiera salido en el día dos de su administración, sigue siendo un problema, porque renegociar el TLC es abrir una caja de Pandora, no es inevitable que el resultado sea un mejor Tratado del que teníamos, bien podría ser algo menos bueno o alargarse la negociación durante mucho tiempo, un tiempo que México no tiene.
“Entonces, creo que en el tema comercial estamos viendo serios retos, y no solamente en cuanto al TLC, también a escala retórica es un constante golpeteo a la relación comercial que tiene Estados Unidos con México, es una constante amenaza a empresas que tienen invertido dinero en México, y eso genera un ambiente poco propicio para que se desarrolle el comercio entre los dos países”.
—¿El asunto se complica entonces por el factor tiempo?
—Hay prisa del lado mexicano para acabar esto antes de las elecciones, pero a veces parece haber prisa también del lado estadounidense porque empieza a haber una cierta presión sobre Trump para ya cerrar el tema, a veces parece que Trump podría tener prisa para anotarse un logro legislativo que no ha tenido todavía en lo que va de este año. Pero creo que el problema va más allá, el problema de Trump para México es que es una bofetada a nuestro modelo de desarrollo. Desde la década de 1980 México le apostó a la globalización, al libre comercio, a América del Norte y la democracia liberal; son tres grandes apuestas de la mayor importancia, tres apuestas que se ven amenazadas. Trump no cree en la globalización y ni en el libre comercio, no cree en una América del Norte que incluya a México, y podrá ser un demócrata, pero no es un demócrata liberal. Entonces es un trancazo a estas tres grandes apuestas que desde los años 80 hace México como una estrategia de largo plazo para desarrollarse, pero jamás nadie sospechó que en Estados Unidos pudiera ganar un presidente que estuviera en contra de la globalización y los demás postulados. En ese sentido, es un reto a ese modelo, que es nuestro modelo, y no hay otro”.
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