El edificio localizado en el número 168 de la calle Bolívar esquina con Chimalpopoca, en la colonia Obrera, se desplomó a causa del potente sismo del pasado 19 de septiembre y desde entonces ha dejado una estela de dudas que las autoridades no han esclarecido del todo, como es el número de personas que ahí laboraban cuando ocurrió el siniestro o las condiciones en las que trabajaban.
La falta de información ha dado paso a diferentes versiones de la prensa, algunas coincidentes, sobre el tipo de empresas que estaban localizadas en el edificio y el personal que tenían contratado. El predio era un edificio de cuatro niveles que contaba con 2 mil 044 metros de construcción sobre un terreno de 639 metros cuadrados.
La prensa mexicana ha consignado que en el edificio se encontraban las empresas Dashcam System México S.A. de C.V, empresa de cámaras de seguridad para autos; SEO Young Internacional, dedicada a fabricar bisutería para vestidos, y la empresa textil Línea Moda Joven que confeccionaba la ropa de mujer New Fashion. Los mismos reportes hablan sobre una importadora de juguetes.
El diario Reforma reporta que en el edificio laboraban asiáticos y centroamericanos bajo las órdenes de patrones de origen chino y de la comunidad judía. El portal de noticias Animal Político cita al embajador de Guatemala en México, Arturo Duarte Ortiz, quien reunió con autoridades mexicanas para saber si en el lugar había guatemaltecos. Al diplomático le habrían asegurado que entre las víctimas no había centroamericanos sino mujeres de nacionalidad taiwanesa y un hombre de nacionalidad surcoreana.
En la misma reunión, las autoridades les informaron al diplomático que existía la firme sospecha de que en estas empresas laboraban obreras asiáticas de manera ilegal, según reportó Animal Político. El sitio digital SinEmbargo localizó entre los escombros un folder con papeles que dan cuenta que ahí trabajaron personas de origen chino. No obstante, el semanario Proceso indica vecinos le dijeron que en el edificio laboraban principalmente empleadas mexicanas.
La misma información que proviene de la prensa citando a las autoridades capitalinas y federales menciona que para el sábado, cuando concluyeron los trabajos de rescate en el edificio, se habían recuperado los cuerpos de 21 personas y se habían rescatado a dos personas rescatadas con vida. No se ha precisado completamente la identidad y nacionalidad de las víctimas.
El Instituto Nacional de Migración (INM) fue consultado por el diario Crónica en torno al número, identidades y nacionalidades de las personas encontradas sin vida en el inmueble. Sin embargo, la dependencia no respondió a la solicitud.
El Tribunal Superior de Justicia de Ciudad de México, encargado de dictaminar legalmente los decesos, anunció el viernes que el Instituto de Ciencias Forenses había entregado ocho cuerpos de extranjeros tras las labores de rescate en los diferentes lugares siniestrados en la Ciudad de México. “Se trata de cuatro cuerpos femeninos de personas de nacionalidad taiwanesa, otro femenino de panameña. Asimismo, tres masculinos uno de nacionalidad coreana (del Sur), otro de española y uno más de argentina”, señaló el Tribunal en un comunicado. Las víctimas asiáticas eran precisamente comerciantes o empleados de la fábrica textil localizada en Chimalpopoca.
Las dudas en torno al número de personas que se encontraban en el lugar cuando devino la tragedia, la falta de información precisa y la molestia de una parte de la ciudadanía ante el actuar del gobierno local y federal generó confrontaciones entre rescatistas y autoridades, como ocurrió el pasado viernes con el ingreso de maquinaria para levantar escombros. Activistas aseguraron que al menos cien costureras quedaron atrapadas, sin embargo esto no pudo ser demostrado y el lugar fue limpiado de escombros.
El fin de semana un grupo de activistas acudió al lugar y colocó una ofrenda en honor a las personas que perecieron en el lugar. “La vida de las costureras también es importante”; “ni una sepultada más por la corrupción”; “la vida de una costurera vale más que sus máquinas, justicia”; “¿a cuantas dejaron sepultadas? asesinos”, consignaron con pintas activistas en la ofrenda.