Los científicos creen que puede haber un planeta enorme en los confines más recónditos del sistema solar. Desde que surgieron nuevas evidencias de la existencia del Planeta 9, hace unos pocos años, los expertos han estado cuestionando cómo pudo haber terminado en esa órbita tan lejana. Y una de las explicaciones más populares es que fue robado por el sol durante una asimilación estelar ocurrida hace más de 4.5 mil millones de años.
Pero ahora, un equipo de investigadores británicos y suizos ha descartado, casi por completo, dicha hipótesis, con cálculos que demuestran que la probabilidad de que el sol haya capturado al Planeta 9 es “casi de cero”.
El Planeta 9 y sus extrañas órbitas KBO
En 2014 se propuso la idea de que existe un noveno planeta en los límites del sistema solar, mucho más allá de Neptuno. Dos años después, investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) descubrieron varios Objetos del Cinturón de Kuiper (KBO, por sus siglas en inglés; una extensa zona de cuerpos helados que rodea al sistema solar), los cuales se desplazaban en órbitas que podrían explicarse por la presencia de un planeta masivo.
En aquellos días, Mike Brown, uno de los científicos implicados en el estudio, afirmó: “Esto podría ser un noveno planeta verdadero. Desde los tiempos antiguos, solo se han descubierto dos planetas verdaderos, y este podría ser el tercero. Hay un área bastante sustancial de nuestro sistema solar que aún no se ha descubierto, lo cual es muy emocionante”.
Los investigadores calcularon que la masa del planeta debería ser unas 10 veces mayor que la de la Tierra y en promedio, tardaría entre 10,000 y 20,000 años en terminar una órbita alrededor del sol.
¿Cómo llegó allí?
Si realmente hay un planeta gigante sin descubrir en los límites del sistema solar, ¿cómo fue que terminó allí? En abril de 2016, un grupo de científicos dirigido por Alexander Mustill, de la Universidad de Lund, Suecia, anunció que sus simulaciones computarizadas indicaban que el Planeta 9 era un exoplaneta; es decir, un planeta procedente del exterior de nuestro sistema solar.
Hace unos 4.5 mil millones de años, cuando empezaba a formarse nuestro sistema solar, el Planeta 9 pertenecía a otro sistema estelar y seguía una órbita en los límites exteriores, donde la fuerza de gravedad era muy débil. Pero al pasar cerca de nuestro sistema, la atracción gravitacional de nuestro sol fue más poderosa que la de su estrella huésped.
Pero, conforme la estrella del planeta se alejó de nuestro sol, el Planeta 9 quedó atrapado en una órbita alrededor de nuestra estrella.
Baja probabilidad
En el nuevo estudio, los investigadores analizaron la hipótesis del exoplaneta “robado” para determinar la probabilidad de que esto hubiera ocurrido. Luego de correr simulaciones computarizadas, los científicos demostraron que solo 1 a 6 por ciento de los planetas que flotan libremente (como el Planeta 9) son capturados por otras estrellas, “incluso cuando existen condiciones iniciales óptimas para la captura”.
Las simulaciones revelaron que apenas entre 5 y 10 de los 10,000 planetas simulados fueron capturados en órbitas que correspondían a las restricciones necesarias para que el Planeta 9 terminara en su presunta posición. Sin embargo, cuando introdujeron las restricciones relacionadas con la formación del sistema solar en general, encontraron que “la probabilidad de que el Planeta 9 fuera capturado era casi de cero”
El misterio persiste
Dimitri Veras, de la Universidad de Warwick, Gran Bretaña, quien no participó en el estudio, dice que los hallazgos descartan, en buena medida, la idea de que el Planeta 9 sea un exoplaneta secuestrado. Veras dijo aNewsweek que otra explicación posible es que iniciara su vida cerca del sol, pero que fuera expulsado con el paso del tiempo.
“El Planeta 9 pudo haberse formado cerca del sol como los otros planetas. No obstante, mientras el sistema solar era joven y dinámicamente activo, las interacciones gravitacionales pudieron haber empujado al Planeta 9 hacia las regiones exteriores del sistema solar, donde siguió una órbita estable”, explica. “Con el transcurso de varios miles de millones de años, esa órbita pudo haber sido perturbada ligeramente por el paso de otras estrellas, mas no lo suficiente para sacarlo del sistema ni para empujarlo hacia los planetas gigantes”.
Los científicos no podrán confirmar la existencia del Planeta 9 si antes no logran detectarlo. En este momento, están estudiando el cielo, pero hasta ahora no han encontrado rastro alguno. También están buscando más Objetos del Cinturón de Kuiper, como los que detectó el equipo de Caltech en 2016.
“Si se descubren más Objetos del Cinturón de Kuiper con elementos orbitales agrupados, entonces se fortalecerá la posibilidad de la existencia del Planeta 9, y mejorarán las restricciones a la ubicación del Planeta 9”, dice Veras. “El misterio solo se resolverá si encontramos al Planeta 9, porque nuestras capacidades para detectar esos objetos tan lejanos son limitadas. Si el objeto es demasiado pequeño, demasiado oscuro y demasiado lejano, entonces no podremos encontrarlo con la tecnología actual y simplemente, tendremos que esperar”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek