La “zona muerta” es el término más común para la hipoxia, como se define al nivel reducido de oxígeno en el agua que ocasiona que la vida marina muera o emigre. De esta manera, los hábitats que normalmente estarían llenos de vida se convierten, esencialmente, en “desiertos biológicos”.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés) informó en días pasados que este fenómeno se ha expandido considerablemente por el Golfo de México. Los científicos han determinado que este año la “zona muerta” en esta cuenca oceánica es de 22,729 kilómetros cuadrados, lo que es casi equivalente a 15 veces la superficie de la Ciudad de México.
Las zonas hipóxicas pueden ocurrir naturalmente, pero los científicos están preocupados por las áreas creadas por la actividad humana. Hay muchos factores físicos, químicos y biológicos que se combinan para crear estas zonas, pero la contaminación por nutrientes es la causa principal de las creadas por los seres humanos.
“El exceso de nutrientes que se escurren de la tierra o son vertidos como aguas residuales en los ríos y costas puede estimular un crecimiento excesivo de algas, que luego se hunden y se descomponen en el agua. El proceso de descomposición consume oxígeno y agota el suministro disponible para la vida marina saludable”, refiere la NOAA al explicar el fenómeno.
La zona muerta del Golfo puede ralentizar el crecimiento del camarón, lo que conduce a menos camarones grandes, según un estudio financiado por la NOAA y dirigido por la Universidad de Duke. El estudio también encontró que el precio del camarón pequeño bajó y el precio del camarón grande aumentó, lo que provocó ondulaciones económicas a corto plazo en la pesquería de camarón marrón del Golfo.
Un equipo de científicos liderados por la Universidad Estatal de Luisiana y el Consorcio Marino de Universidades de Luisiana recolectaron datos para determinar el tamaño de la zona muerta durante una misión de reconocimiento del 24 al 31 de julio a bordo del Pelícano R / V.
“Esperábamos encontrar una de las zonas más grandes jamás registradas debido a los niveles de descarga en el río Mississippi, y porque los datos de mayo indicaron una alta descarga de nutrientes durante este mes crítico que estimularon la zona muerta de mediados de verano”, dijo Nancy Rabalais, profesora de investigación en la Universidad Estatal de Luisiana.
La anterior mayor expansión de la “zona muerta” del golfo de México fue en 2002, cuando alcanzó los 22,000 kilómetros cuadrados, El tamaño promedio de esta área sin vida marina en los últimos cinco años fue de alrededor de 15,000 kilómetros cuadrados.
Entre las actividades que el gobierno estadounidense realiza para reducir el tamaño de esta área está la coordinación con los agricultores en el golfo de México para que el impacto del uso de los fertilizantes en la cuenca del río Misisipi sea menor y así menos de los nutrientes lleguen a la desembocadura del río Misisipi.
Se calcula que existen más de 350 “zonas muertas” en el mundo y que la cifra aumenta año tras año.